Cuando hablamos del sector del motor, lo normal es que al gran público se le venga a la cabeza la imagen de los turismos. Sin embargo, el sector de los vehículos comerciales no tiene menos importancia. De ellos depende el transporte y la logística, entre otras cosas, motivos por los que su importancia en la descarbonización también es fundamental.
Alberto De Aza es el director de la unidad de negocio de Vehículos Comerciales de Stellantis para España y Portugal, así que tiene una visión muy clara de cómo está el sector de los comerciales desde el punto de vista de la electrificación.
De Aza es consciente de que llevamos unos años muy complicados a nivel mundial, pero también opina que la Administración debe hacer más de lo que está haciendo desde el punto de vista de la electrificación: “primero fue la pandemia, luego los chips, más tarde los problemas logísticos, la guerra… Ha habido demasiadas cosas que nos han complicado mucho la situación, y por eso necesitamos que la Administración nos ayude a reactivarnos para que podamos llegar a los plazos que nos están marcando desde Europa”.
En Stellantis, grupo al que pertenecen marcas con un gran peso en el sector de los comerciales como Fiat, Citroën o Peugeot, están comprometidos con la descarbonización total para el año 2030, “pero tiene que haber un mínimo de coherencia. Ahora, no hay ninguna. Hay mucha doctrina política, pero poco pragmatismo. En España, cada uno va por su lado, y es todo muy complejo. Algo que debería ser tan sencillo como es acceder a las ayudas, es muy complicado”, indicando que es difícil que la electrificación vaya por donde debe si fallan cosas tan esenciales.
“Nosotros, las marcas, tenemos la suerte de contar con ANFAC, que favorece el diálogo con la Administración porque le está pasando bien nuestros mensajes. Sin embargo, la respuesta de esa Administración está siendo demasiado lenta”, nos comenta De Aza, quien va aún más allá: “los objetivos que se puso el gobierno para favorecer la electrificación no se están cumpliendo. Tenía que haber 45.000 puntos de recarga y, en la actualidad, hay 17.000. Con estos datos, España está a la cola de Europa en electrificación, y sólo está peor República Checa y Hungría”.
Alberto De Aza deja bien claro que la pelota está en el tejado de la Administración porque “los fabricantes estamos haciendo los deberes. Hemos hecho unas inversiones milmillonarias para desarrollar toda la tecnología, y esa tecnología ya está implementada en los vehículos. Así que está claro que es la otra parte, la Administración, la que no está haciendo los deberes…”.
Y es que, para De Aza, hay dos motivos principales que echan para atrás a los posibles compradores de un coche eléctrico: “el precio de los vehículos y el miedo a la autonomía.” En cuanto a la segunda, “la Administración debe poner los medios para que haya una infraestructura suficiente, tanto pública como privada”, algo que en la actualidad es claramente insuficiente “entre otras cosas, porque la burocracia para poner en marcha una electrolinera es muy tediosa”.
Más allá de los problemas puros de las infraestructuras, De Aza comentó que “la movilidad es un derecho. Y la movilidad privada, también, así que no se puede penalizar. Hay que renovar el parque automovilístico tan viejo que tenemos, y eso es más urgente que la electrificación total. Los vehículos que se venden hoy día con la etiqueta C son muy limpios, y un vehículo que cumpla hoy con la normativa Euro6d ya elimina la mayor parte de las emisiones comparado con lo que emitía un coche equivalente de hace 14 años, que es la media de edad de nuestro parque automovilístico en la actualidad”.
Preguntado sobre si el futuro de la movilidad pasa únicamente por las baterías, De Aza comentó que “hay tecnologías de futuro, más allá de la batería. Pero hay que ir cumpliendo objetivos. A corto plazo, parece que las baterías son la solución más adecuada, pero el hidrógeno está demostrando que puede ser una tecnología muy válida. El problema del hidrógeno está en la infraestructura y, si la Administración no está cumpliendo con los cargadores para los eléctricos de baterías, no tengo muy claro que fuesen a cumplir con las hidrogeneras…”.