Según señalaron varios testigos que llamaron a la policía, la acusada obligó al pequeño a subir al maletero cuando salieron de un parque de atracciones acuático, mientras que una hermana del menor y su abuela viajaban en el habitáculo del vehículo. En declaraciones realizadas a la policía, la hermana del niño señaló que durante su estancia en el parque acuático le advirtieron de que si seguía montando en toboganes de agua y estaba mojado al irse, le tocaría viajar en el maletero del coche. Asimismo, la abuela señaló que tanto a ella como a la niña se sintieron incómodas por el hecho de su hija hiciera viajar a su sobrino en el maletero, pero no quiso cuestionar la decisión de esta. El niño, a su vez, contó que le dejaron una abertura suficiente en el respaldo trasero para sacar la cabeza y que le llegaba el aire acondicionado del vehículo.
Si finalmente fuera declarada culpable, la tía del niño se enfrrentaría a una condena de un año de prisión y una multa de hasta 3.000 dólares.