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Multas de tráfico en el extranjero, ¿Cuáles llegan? ¿y si no pagas?

Ignorar una multa de tráfico en el extranjero puede tener consecuencias importantes. ¿Cuáles llegan? ¿Cómo tenemos que actuar?

Muchos conductores se siguen sorprendiendo al recibir en su domicilio notificaciones de multas de tráfico cometidas en el extranjero. Pero sí, sí llegan. Desde hace más de una década dos directivas europeas -la de 2011 sentó las bases y la de 2015 mejoró el proceso del intercambio de datos- pusieron fin fin a esta impunidad dentro de la Unión Europea. ¿Cuándo es probable que estas multas crucen fronteras y lleguen a tu buzón? Y más importante aún, ¿Qué pasa si no pagas?

De un tiempo a esta parte, las autoridades de tráfico de los distintos países europeos han comenzado a intercambiar información sobre los conductores infractores con residencia en otro país para perseguir las multas. Hablamos solo de los casos en los que no hemos sido parados por la autoridad de tráfico in situ -que en la mayoría de ocasiones nos harán pagarla en el acto-.  El artículo 97 de la Ley de Seguridad Vial establece cuál es el procedimiento para el intercambio transfronterizo de información sobre infracciones de tráfico cuando se cometan con un vehículo matriculado en un Estado miembro de la Unión Europea distinto de aquél en el que se cometió la infracción. De esta forma, la Dirección General de Tráfico (DGT) está obligada a facilitar a las autoridades extranjeras los datos del vehículo y del propietario.

Tipos de multas que cruzan fronteras

Para empezar, debemos saber que este intercambio de información entre países europeos no aplica para todas las infracciones. Los acuerdos están diseñados para los casos más graves o potencialmente peligrosos. El artículo 97 de la Ley establece los supuestos en los que sí ocurre. Así, las multas que tienen más probabilidad de ser reclamadas incluyen:

  1. Exceso de velocidad: La infracción más común, no siempre somos parados en el momento de cometerla.
  2. Conducción con una tasa de alcohol superior a la permitida o bajo los efectos de las drogas. Esta te la notificarán en mano ya que requiere una prueba previa.
  3. No uso del cinturón de seguridad: Especialmente sancionado en países como Francia y Alemania.
  4. No detenerse ante un semáforo en rojo: Las cámaras en intersecciones facilitan la detección de esta infracción.
  5. Conducción por carriles prohibidos: Circular por el arcén o por carriles exclusivos para transporte público puede ser motivo de multa.
  6. No uso del casco en motocicletas.
  7. Uso del teléfono móvil al volante.
  8. Impago de peajes: Especialmente en países como Italia y Francia, donde los peajes están automatizados y controlados por cámaras. Así como en Portugal.

La ciudad española que más recauda por multas por habitante, y no, no es Madrid

¿Cómo es el proceso de notificación de una multa?

La notificación debe realizarse en la lengua del país donde el vehículo está matriculado, en su defecto, en una lengua oficial del país de destino. Por lo general, la multa llega por correo certificado para asegurar que el destinatario la recibe.

Es importante tener en cuenta que nunca te van a retirar puntos del permiso español por una infracción en otro país, esta medida es aplicable solo en territorio español. Aunque la infracción cometida fuera conllevaría la retirada de puntos aquí. Sin embargo, ¡ojo!, porque países como Italia, Francia y Alemania cuentan con un sistema paralelo: anotan la infracción y “acumulan puntos” en una especie de permiso virtual para extranjeros. De esta forma si eres reincidente y acumulas demasiadas infracciones, podrías ser penalizado con la prohibición de conducir en dicho país.

Consecuencias de no pagar una multa extranjera

Para muchos, la primera tentación al recibir una multa de otro país es ignorarla. Sin embargo, esta acción puede acarrear graves consecuencias. Las sanciones no pagadas pueden generar problemas si el conductor regresa a dicho país. En algunos casos, las infracciones pendientes pueden derivar en órdenes judiciales, convirtiendo la multa en un procedimiento penal si se regresa al país de origen de la sanción. Esto podría implicar multas más elevadas, el inmovilizado del vehículo o incluso la prohibición de entrada al país.

Además, las sanciones suelen incluir recargos si no se pagan dentro de un plazo específico. En Italia, por ejemplo, el importe puede duplicarse si no se realiza el pago en los primeros 60 días. En Francia, las multas de radar aumentan de forma significativa si no se abonan en plazo, y el proceso puede pasar a los juzgados.

 

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