A veces la ciencia ficción se convierte en realidad y sino que se lo digan a los ciudadanos de Texas (Estados Unidos), donde la semana pasada se vivió una persecución de auténtica película. Una niña de 12 años decidió robarle el coche a su abuela para ir a visitar a su novio. La abuela denunció el robo del vehículo y la policía, que al principio no sabía nada, comenzó a perseguir al supuesto ladrón que resultó ser su propia nieta.
La niña no dudo en sentar a su hermana de cinco años en el asiente trasero y ponerse a conducir el Chevrolet Cruze de su abuela con el objetivo de visitar a su novio. La niña demostró una pericia inusual al volante, conduciendo más de 60 kilómetros a velocidades que llegaron a alcanzar los 200 km/h. La mejor noticia es que no hubo que lamentar heridos, aunque sí numerosos daños materiales.
La persecución finalizó gracias al sistema de conexión On Star. La policía se puso en contacto con el fabricante del vehículo, General Motors, que a través de esta tecnología disminuyó la potencia del coche de forma remota hasta pararlo. La menor está acusada de diversos delitos y además de una cuantiosa multa económica, podría ser internada en un reformatorio ante la gravedad de los hechos.