No pases un «Via Crucis» por los neumáticos

Los neumáticos son el nexo entre nuestro vehículo y la carretera. De su buen estado y conservación depende en gran medida nuestra seguridad. Puntos básicos para la revisión de los neumáticos  1.- La presión- se recomienda comprobarla al menos una vez al mes, y adecuarla a las indicaciones del fabricante del vehículo. Es importante tener […]


Neumáticos

Los neumáticos son el nexo entre nuestro vehículo y la carretera. De su buen estado y conservación depende en gran medida nuestra seguridad.

Puntos básicos para la revisión de los neumáticos

 1.- La presión- se recomienda comprobarla al menos una vez al mes, y adecuarla a las indicaciones del fabricante del vehículo. Es importante tener en cuenta que la presión de las ruedas debe revisarse antes de recorrer muchos kilómetros, con el neumático en frío.

Consecuencias de una presión inadecuada: la presión incorrecta y el exceso de peso alteran de forma importante las reacciones del vehículo ante una curva o una frenada de emergencia, aumentando el tiempo de la maniobra. De ahí la importancia de dedicar cinco minutos antes de emprender el viaje para evitar sustos en carretera.

2.- Estado de la banda de rodadura- Hay que revisar diferentes aspectos como:

· Profundidad del dibujo- la profundidad mínima legal de los surcos es de 1,6 milímetros. Si es inferior, el neumático debe ser cambiado y no debemos olvidar que, a mayor profundidad del dibujo, mejor es el agarre en carretera.

· Roturas o deformaciones- observar que no hay grietas u objetos clavados en ella, así como deformaciones debidas a -bordillazos-, ya que es importante para evitar averías relacionadas con los neumáticos.

· Desgastes irregulares- el desgaste de la banda de rodadura del neumático debe ser regular en toda la superficie. Si detectamos desgaste escalonado o que una parte del neumático se desgasta más que otra, debemos revisar el vehículo en un taller porque podemos estar ante una alineación indebida de los neumáticos.

· Consecuencias de una banda de rodadura en mal estado: los desgastes irregulares y excesivos, así como las deformaciones, pueden ser la causa de los peligrosos pinchazos y reventones. Por su parte, la huella formada por los surcos del neumático, son la parte encargada de desalojar el agua o la suciedad de la carretera, de forma que si los neumáticos están gastados, estos pierden sus propiedades de agarre en curvas y frenadas, llegando a producirse el peligroso aquaplaning en caso de lluvia.

Mazda 3

Otro factor a tener en cuenta es la climatología. Si hablamos de nieve, los neumáticos de invierno pueden ser una opción a tener en cuenta. Descubre en este reportaje de Autofácil si realmente merece la pena o no «calzar» este tipo de neumáticos.

NIEVE Si vas a desplazarte a zonas montaña o viajas a lugares donde todavía haya nieve, es aconsejable cambiar los neumáticos por unos de invierno. Su rendimiento a temperaturas inferiores a 7º es óptimo, hacen innecesario el uso de cadenas y en condiciones frías tienen menor degradación que los neumáticos de verano.

LLUVIA En el caso de que la lluvia haga su aparición, asegúrate de que la huella de los neumáticos y la profundidad del dibujo son óptimos, ya que los surcos son los encargados de desalojar el agua, y si la huella está muy desgastada, se puede producir aquaplanning. También sobre la lluvia los neumáticos de invierno ofrecen niveles de evacuación de agua superiores a los normales, de ahí que su utilización en estas condiciones sea recomendable.

SOL En caso de tiempo soleado y seco, ojo con las condiciones del terreno, ya que las carreteras pueden haber quedado con arena tras las lluvias torrenciales de este invierno, y esto las convierte en resbaladizas si los neumáticos tienen la huella en mal estado.

Si tu problema es el dinero para comprar unos nuevos, hay posibilidades que quizás no se te han pasado por la cabeza.

Fuente: Autofácil y Goodyear

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