Si; hay que reconocer que cuando lo ves te dan ganas de volver atrás en el tiempo para poder subirte aquí. Por que el aspecto del coche es, desde luego, de primera. El Broon está hecho en Corea del Sur, es la tercera generación de este sofisticado «roadster» eléctrico y es, cuando menos, sorprendente leer sus capacidades y tecnología.
Para empezar, y al contrario de lo que es común, el Broon no copia la carrocería ni línea de ningún coche real. Tiene su propio diseño, personal y conseguido, muy moderno y atractivo. Fabricado por Henes, una empresa Surcoreana establecida en 2008 y especializada sólo en este tipo de coches, el F8 es la «punta de lanza» de una gama de tres modelos (M8, sedán, T8, todo terreno y F8, este deportivo), todos ellos con el mismo nivel de terminación y equipamiento.
Una carrocería completamente desmontable y modular, disponible en rojo, negro o blanco para el F8, en la que se puede abrir capós delantero y trasero y puertas. Pedales de acelerador y freno «de verdad», no de los de dos posiciones «on/off». 16 Km/h de velocidad máxima, regulable y limitable. Y sistema de doble control: o el conductor o tu mismo, desde un tablet o desde un mando de radio control. El cuadro de mandos es, en opción, un tablet Android de 7″, donde además de la información «de control» hay sonidos y un sistema de «entretenimiento a bordo».
Mecánicamente tienes dos opciones, puesto que los hay de tracción trasera o tracción total. Lleva un sistema de suspensión auténtico, con amortiguadores de gas a cada rueda, Y también frenos, operados eléctricamente, pero con sus discos y pinzas (en rojo). Una dirección asistida eléctrica de alta precisión permite el guiado de las ruedas delanteras. Como en los últimos modelos, el F8 lleva tres modos de conducción seleccionables (confort, normal, dynamic) y a través de seis sensores es capaz de reconocer situaciones de peligro (cuestas demasiado inclinadas, calentamiento del motor) y pararse y avisarte. También, para que los pilotos más rebeldes no se te escapen, limita su radio de acción y cuando sale del alcance del dispositivo de control tuyo se para. Un asiento backet, con cinturón de cuatro puntos, luces leds reales y retrovisores también reales so otros detalles llamativos de este «supercar» de juguete. ¿Su precio? Entre versiones, opciones y que los «concesionarios» tampoco tienen los mismo precios, lo hemos visto entre los poco más de 500€ hasta algo más de 800€. Y te ahorras la matriculación, claro.