Para empezar, el Pagani Huayra Roadster se diferencia bastante estéticamente del Huayra coupé. De esta forma, incluso con la capota puesta es ´otro coche´. Una capota, por cierto, que podrá ser un techo duro hecho de fibra de carbono y con un cristal en su parte central -es muy fácil de poner y quitar- o de lona -se guarda en el maletero-. En cualquiera de los dos casos la operación de quitar y poner se realiza manualmente. Además, los paragolpes tienen un diseño más agresivo, así como la parrilla frontal o el difusor trasero, y las puertas se abren de manera convencional, nada de ´alas de gaviota´.
Sea como fuere, quizá el dato más sorprendente de este Pagani Huayra Roadster sea que pesa 1.280 kg, 80 menos que la versión coupé, y que su rigidez torsional es un 52% superior a la de éste, lo que implica que es capaz de soportar 1,8 G de fuerza lateral. La carrocería está fabricada en fibra de carbono y dispone de nuevas soluciones aerodinámicas; asimismo, cuenta con dos aletines activos en la parte frontal y otros dos en la zaga, que se encargan de que el Huayra Roadster esté siempre ´pegado´ a la carretera.
El motor que equipa el Huayra Roadster es un bloque de origen Mercedes-AMG. Se trata de un propulsor gasolina de 6.0 litros con 12 cilindros en disposición de V que rinde una potencia máxima de 764 CV a 6.200 rpm y un par motor máximo de 1.000 Nm desde las 2.400 rpm. Igualmente, incluye un equipo de frenos especial firmado por Brembo, y las suspensiones también son específicas. Mientras tanto, de gestionar toda esa potencia se encarga una caja de cambios automática de siete velocidades.
Por último, como siempre, las malas noticias: este Pagani Huayra Roadster cuesta 2.280.000 euros sin impuestos. Y eso no es lo peor, porque si eres uno de los afortunados que tiene todo ese dinero para comprárselo, también tendrás que ser muy rápido para hacerte con una unidad, ya que tan solo se fabricarán 100.