En el caso del gasóleo la cosa es peor y el litro se encarece un 8,8% respecto a primeros de año y hasta el 18,8% si lo comparamos con el mismo periodo de 2010. Está claro que es cuestión de poco tiempo que la gasolina y el gasóleo acaben costando lo mismo. Mientras tanto, y traducido a euros, llenar un depósito de capacidad media para un motor de gasolina nos cuesta hoy cinco euros más de lo que nos suponía en enero, y 4,7 euros más si el motor es diesel. Sirva de triste consuelo saber que, pese a todo, los combustibles para automoción en nuestro país siguen figurando entre los más baratos de la Unión Europea. Claro que, en este caso, también conviene recordar que nuestros salarios están por debajo de la media europea.
Y es esta realidad sobre dinero y carburante la que nos ha llevado a elaborar el ambicioso súper-artículo de este mes, y gracias al cual hemos descubierto cuánto consumen de verdad nuestros coches. No diremos que los datos facilitados por los fabricantes son falsos… pero sí que no se ajustan a la realidad de una conducción cotidiana. Las diferencias detectadas por los probadores de autofácil en los test de consumo realizados con 450 modelos diferentes y en situaciones reales de tráfico nos llevan, desde la honestidad de marcas como Dacia y Chrysler que apenas registran diferencias entre sus cifras y las nuestras, hasta las descaradas -inexactitudes- de Ferrari y Mercedes en lo que a glotonería de sus motores se refiere.
Ahora dejo que vosotros, amigos lectores, valoréis si nuestra inversión en tiempo -también en dinero- para realizar este informe de consumos se compensa con un contenido que os resulte revelador, interesante y, sobre todo, útil. ¡Ojo al acelerador!