Pese a que el diésel está viviendo meses complicados por la guerra que las autoridades de diversos países están llevando a cabo, muchos fabricantes siguen apostando por estas mecánicas de manera muy decidida. Opel es uno de ellos, como lo demuestra la reciente incorporación para la gama Opel Grandland X de un nuevo propulsor diésel de 1.5 litros y 130 caballos.
En comparación con su predecesor, este nuevo propulsor ofrece, según la marca, un ahorro de combustible de hasta un 4%. Para lograrlo se han reducido el cubicaje y la fricción, se ha optimizado el sistema de combustión con la geometría de pistón patentada y se ha aumentado la recirculación de gases de escape.
El avanzado diseño del nuevo motor diésel es más ligero y ofrece notable potencial de cara al futuro. Con las dimensiones más compactas permite la integración en coches de diversos tamaños y en compartimentos de motor más pequeños.
Para lograr un óptimo postratamiento de los gases de escape, el sistema de reducción de emisiones forma una única unidad compacta, situada lo más cerca posible del motor. Además, el filtro de reducción de NOx actúa como un catalizador de arranque en frío, reduciendo las emisiones. Con esta innovadora tecnología el nuevo diesel de 1.5 litros se ajusta a la exigente normativa Euro 6d-TEMP sobre NOx.
El nuevo motor también está disponible, de forma opcional, con una nueva transmisión automática de ocho velocidades que no solo ofrece un cambio de marchas suave, sino que además, debido a su diseño de baja fricción, reduce aún más el consumo de combustible y las emisiones.