Hace tan solo un año, París se convirtió en la primera gran capital europea que se puso seria en lo que a contaminación automovilística, prohibiendo circular por el centro de la ciudad a los coches diésel matriculados antes de 1997 y las motocicletas anteriores al 2000.
Ahora, la capital francesa da un paso más en su particular batalla contra los motores de combustión y el Ayuntamiento de la ciudad, por medio de su máxima autoridad, Anne Hidalgo, ha anunciado que pretende suprimir la circulación de vehículos diésel en la ciudad en 2024 y de gasolina en 2030.
Esta nueva medida va en línea también con el anuncio a mediados de julio del Ministro de Ecología francés, Nicolas Hulot, para poner fin a la venta de vehículos de gasolina y diésel en 2040. Y es que Francia quiere convertirse en 2050 en un país neutro en carbono.
Por otra parte, en el comunicado oficial del Ayuntamiento de París se destaca la rápida evolución del sector del transporte eléctrico en los últimos años y del desarrollo de los vehículos eléctricos, señalando un importante aumento de la red de transporte público y la proporción de bicicletas.
Para hacer más viable esta importante medida que puede suponer un cambio total en la movilidad del futuro, París cuenta con el desarrollo de energías alternativas y el fortalecimiento de ayudas financieras que animen a los usuarios a comprar vehículos ‘limpios’.