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Atento: estos son los riesgos de conducir pegado al volante

Existe una única postura correcta para conducir... y muchas malas para hacerlo. En este artículo te contamos los riesgos de conducir pegado al volante, que es la más peligrosa para hacerlo. ¿Un motivo? Que en caso de choque, si se despliega el airbag, podría causarte quemaduras e incluso lesiones de importancia... por no guardar la distancia correcta al volante.

Con el paso del tiempo los coches se vuelven más y más seguros. Así, desde la aparición de los cinturones de seguridad, en los coches se han generalizado elementos como el ABS, los airbags, el ESP y, en los últimos años, las ADAS o las ayudas al conductor (descubre cuáles serán obligatorias ya en 2022). Pero, por mucho que nuestro coche pueda hacer por nosotros, no servirá de nada si, de entrada, no nos sentamos bien a sus mandos. Y una de las posturas más peligrosas es conducir pegado al volante. 

Y es que conducir pegado al volante resulta cuanto menos peligrosa (muchos expertos de seguridad indican que es la postura más peligrosa) ya que impide manejar bien el coche y además existe un importante riesgo de lesiones si, por causa de alguna colisión, se activa el airbag frontal.

Conducir pegado al volante: qué peligros supone

De entrada, si al conducir, lo haces pegado al volante, sufrirás una limitación de movimientos. La capacidad de manejo de los mandos también se vería muy forzada y podría ocasionar contracturas musculares si realizamos movimientos repetidos durante largo tiempo. Pero hay más, ya que, en caso de un fuerte impacto frontal, si vamos muy cerca del volante, se correría el riesgo de sufrir quemaduras por abrasión o incluso lesiones en el pecho producidas por el despliegue del airbag.

Es más, en caso de que impactemos contra el coche que nos precede, el impacto de nuestra cabeza contra el reposacabezas… pero el segundo impacto contra el volante puede provocar lesiones en la cara por el efecto rebote provocado por el golpe.

conducir pegado al volante

Además, el esfuerzo adicional que conlleva el no apoyar la parte superior de la espalda condiciona una fatiga que aumenta el riesgo de sufrir contracturas, especialmente en la zona del cuello y los hombros. En caso de impacto frontal, como ya hemos visto, el conducir pegado al volante puede provocar un mayor riesgo de lesiones por el impacto del airbag y del latigazo cervical por rebote. Pero, en caso de choque lateral, las lesiones pueden llegar a agravarse por la falta de apoyo en el respaldo.

¿Qué debemos tener en cuenta para conseguir una postura correcta al volante?

1. Revisar la altura del asiento

Una vez conseguida la distancia óptima del asiento, es el momento de ajustar la altura.  Este tipo de reglaje es fundamental para evitar que las piernas queden demasiado cerca del volante. También se recomienda conducir con el asiento lo más bajo posible, ya que la estabilidad es mayor y el conductor se ve menos afectado por los movimientos de la carrocería.

2. Ajustar la inclinación del respaldo

La inclinación del respaldo también debe tenerse en cuenta. No se debe ir demasiado recostado. La postura ideal es aquella en la que, con la espalda bien apoyada en el respaldo y con el brazo extendido, la muñeca llegue a apoyar sobre la parte superior del volante.

3. Ajustar la altura del volante

A la hora de ajustar la altura, ten en cuenta que las rodillas no rocen con el volante, y que te permita una buena visualización del panel de instrumentos y de la carretera.

4. Posición correcta de las manos

Se recomienda colocar las manos en la posición ‘diez y diez’ imaginándote que el volante es la esfera de un reloj. A la hora de maniobrar, es importante que no nunca sujetes el volante por abajo ni cruces los brazos. Las manos siempre deben de ir sobre el volante, excepto para realizar una maniobra.

5. Ajustar el reposacabezas

Los reposacabezas suelen ser los grandes olvidados a pesar de que su función es reducir las lesiones de cuello en caso de accidente. Para colocarlo correctamente debe coincidir la parte superior del reposacabezas con la altura de los ojos.

6. Ajustar los espejos retrovisores

Por último, nos queda hablar del ajuste de los espejos retrovisores, tanto los exteriores como el del interior. Empieza centrando el espejo retrovisor interior con la luneta trasera de tal manera que consigas el mayor campo de visión sin necesidad de mover la cabeza. La función principal de los espejos retrovisores exteriores es evitar los ángulos muertos y mostrar en el campo de visión del conductor lo que ocurre por la parte trasera del vehículo. Orientalos hacia la carrocería y ve abriéndolos. Sabrás que están bien regulados cuando un vehículo te adelante y lo veas primero por el espejo interior y al desaparecer de éste, aparezca en el retrovisor exterior.

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