Desde que lo estrené ha sufrido averías y problemas de todo tipo. Por un lado, están los que afectan a la seguridad: la dirección ha tenido que ser alineada tres veces, sustituidos los discos de freno en dos ocasiones y, en otras dos, se me ha parado el motor en plena carretera y casi tengo sendos accidentes… por no hablar de la vez en que, de repente, se desprendió el cubrecárter. Por otro, las gomas que rodean el techo retráctil se enganchan con las lunas, han tenido que cambiar el retrovisor interior y el lavafaros, y son constantes los desajustes y -crujidos- de las juntas de las puertas… Y, sin olvidar los electrónicos: han fallado la luneta térmica, el control de velocidad, el equipo de audio CD, la pantalla del ordenador… En definitiva, está siempre en el taller. ¿Deberían cambiármelo? ¿Podéis ayudarme?
Peugeot nos ha informado que la concesión ha llegado a un acuerdo para recomprarle el 307: se le ha devuelto el dinero que le costó, menos una cantidad por el tiempo y el kilometraje recorrido… Eso sí, Bartolomé ha tenido que pagar el impuesto de matriculación del que estaba exento por minusvalía ya que ha vendido el coche antes de los cuatro años.