A finales de agosto, la Guardia Urbana de Barcelona detuvo a Gerard Piqué cuando conducía por el barrio del Ensanche de la Ciudad Condal; tras pedirle la documentación, comprobaron que circulaba sin ningún punto en su carné de conducir, por lo que fue denunciado por un delito contra la seguridad vial.
Varios meses después, el jugador del FC Barcelona se ha enfrentado a un juicio rápido en la Ciudad de la Justicia de Barcelona y ha aceptado pagar una multa de 48.000 euros por los hechos acontecidos este verano. De esta forma, Piqué ha conseguido que se cierre la causa abierta por un delito contra la seguridad del tráfico, aunque todavía no puede recuperar su carné de conducir.
No es la primera vez
En ocasiones anteriores, Piqué ya se ha viso las caras con el juez por cometer delitos de tráfico o relacionados con la conducción. La última vez fue en 2014, cuando el defensa fue condenado a pagar una multa de 10.500 euros por desobediencia a la autoridad, ya que se enfrentó a la Guardia Urbana después de que los agentes multaran a su hermano por estacionar más tiempo de la cuenta en un lugar indebido. Antes de eso, Piqué había sido acusado de conducir sobrepasando los límites de velocidad o de manera temeraria por parte de varios paparazzi -aunque él lo negó-, pero también fue criticado por transportar a su hijo de manera incorrecta, puesto que, en lugar de utilizar una silla infantil, llevaba a su hijo en una mochila portabebés cuando estaba sentado en el asiento del copiloto.
