El Plan PIVE iba a estar vigente hasta el 31 de marzo, pero la asignación de 75 millones de euros sólo daba para ayudar a la compra de 75.000 vehículos. En estos momentos el cupo está al borde de completarse. No obstante, muchos de los coches reservados acogiéndose al PIVE aún están por entregarse, con lo que los concesionarios todavía se beneficiarán de más ingresos a lo largo de los próximos meses gracias al programa de incentivos.
En un comunicado conjunto, Anfac -asociación de fabricantes-, Faconauto -concesionarios-, Ganvam -vendedores- y Aniacam -importadores- subrayan que el PIVE ha contribuido a aumentar un 60 % el tráfico a los concesionarios entre septiembre y diciembre, y que gracias a la frenada en la caída de las ventas se ha evitado que haya destrucción de empleo en el sector -Faconauto señala que no hubo despidos en los concesionarios durante el cuarto trimestre de 2012-. Los representantes de estas patronales se han reunido en varias ocasiones con el Ministro de Industria, José Manuel Soria, para discutir la posible ampliación del plan.
Una prórroga del Plan PIVE sería también beneficiosa para las arcas públicas: Aunque la subvención por coche ascienda a 2.000 euros en total, de ellos 1.000 € los aporta el concesionario como descuento, y al tener que reflejar la ayuda en la Declaración de la Renta, Hacienda recupera una parte del dinero entregado. El resultado es que el Estado contribuye con unos 500 euros, y a cambio recauda en torno a 2.500 euros entre el IVA y el Impuesto de Matriculación del vehículo. La renovación del PIVE dependerá del presupuesto del Ministerio de Industria, pero el ministro Soria se ha mostrado partidario de reeditar las ayudas por otro periodo de tiempo.