El modelo más exitoso de la marca coreana, el Kia Sportage, se actualiza a mitad de su vida útil para introducir algunas mejoras estéticas, técnicas y, sobre todo, mecánicas. Y es que las nuevas normativas anticontaminación y el ciclo de homologación WLTP, mucho más exigente, obliga a todos los fabricantes a buscar soluciones para reducir el consumo de combustible y, de manera paralela, las emisiones de gases contaminantes y partículas, algo que afecta de manera muy especial a los motores diésel.
El Kia Sportage 2019 se pondrá a la venta en el mes de octubre con un aspecto ligeramente distinto al del modelo que todavía encontramos en los concesionarios. Así, los paragolpes delanteros y traseros son nuevos -el delantero integra las luces antiniebla y las une con inserciones que pueden ser cromadas o de color negro brillante-, así como los faros principales y los pilotos. Además, en el exterior ahora podemos incorporar unos novedosos estribos cromados, detalles metálicos y llantas de nuevo diseño que pueden ser de 16, 17 y 19 pulgadas. La parrilla es prácticamente idéntica, pero ahora también está bordeada por un marco cromado o negro brillante. Estas actualizaciones también afectan a las versiones GT Line.
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La zaga presenta pocos cambios más allá de los que afectan al paragolpes trasero y a los pilotos. Tampoco encontramos diferencias en el coeficiente aerodinámico -se mantiene en 0,33 Cx- ni en el tamaño: mide 4,48 m de longitud, 1,85 m de anchura y 1,63 m de altura. La distancia entre ejes es de 2,67 m. Lo que sí crece es la oferta cromática, ya que el nuevo Sportage estará disponible con cinco nuevos colores de carrocería. En el caso del GT Line, incluye faldones en color plateado, inserciones cromadas en las molduras laterales, la parrilla delantera y el portón trasero, llantas de 19 pulgadas, unos pilotos de niebla actualizados y un difusor trasero con doble salida de escape.
Por dentro, el facelift del Kia Sportage propone pocas variaciones. El volante se ha rediseñado y el salpicadero es ligeramente diferente. La pantalla de la consola central de serie es de 7 pulgadas -incluye conectividad mediante Android Auto y Apple CarPlay-, aunque de manera opcional se puede equipar con un sistema de navegación con pantalla de 8 pulgadas. En el caso del acabado GT Line, ahora de serie los asientos negros vienen con costuras rojas.
En el apartado de seguridad y asistencia a la conducción, el Sportage 2019 ofrecerá control de crucero adaptativo con función de parada y arranque automáticos, una cámara de visión periférica 360 grados y un sistema de monitorización de la atención del conductor.
Kia Sportage 2019: nuevo motor diésel de 1.6 litros
Aunque los cambios estéticos son leves, debajo del capó sí encontramos grandes variaciones, sobre todo en la oferta diésel. Para empezar, el motor 1.7 CRDi dejará su lugar a un nuevo bloque 1.6 CRDi más limpio y eficiente. Este propulsor estará disponible con dos niveles de potencia: 115 y 136 CV. La versión menos prestacional se asociará con tracción delantera y una caja de cambios manual de seis velocidades, mientras que la variante de 136 CV podrá montar tracción total y una caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones. En ambos casos se utiliza AdBlue.
La oferta de gasolina se mantiene inalterada. Esto implica que seguirán estando disponible tanto el 1.6 GDi atmosférico de 132 CV como el 1.6 T-GDi turboalimentado de 177 CV y 265 Nm de par. Eso sí, ambos motores han sido modificados para reducir el consumo y las emisiones. De hecho, ambos estarán dotados de un filtro de partículas para cumplir con las exigencias en materia de emisiones de la normativa Euro 6d TEMP. El T-GDi podrá equipar tracción total y la caja de cambios de doble embrague y siete velocidades -solo en las versiones 4×4-.
El sistema de arranque y parada automáticos, que Kia denomina Idle Stop &Go ISG, estará disponible en toda la gama.
El Kia Sportage 2019 tendrá versión microhíbrida
En nuestro repaso a la oferta mecánica nos hemos dejado de lado el motor diésel más prestacional… y lo hemos hecho con conocimiento de causa. Y es que el bloque 2.0 diésel de 185 CV y 400 Nm será el encargado de estrenar la gran novedad de esta actualización, la tecnología mild hybrid o microhíbrida, que la marca comercializa como EcoDynamics+. Este sistema, que de momento solo estará disponible en el motor diésel de dos litros -en 2020 llegará al 1.6- utiliza una pequeña batería de iones de litio de 0,44 kWh de capacidad y 48V.
Este sistema eléctrico es capaz de ayudar al motor de combustión con una aceleración de hasta 12 kW, así como de actuar como generador para aprovechar la energía de la deceleración y las frenadas para recargar la batería. Además, si la batería tiene suficiente carga, apaga el motor térmico durante los periodos de frenada y retención para reducir el consumo y las emisiones. Según la marca, esta reducción ronda el 4% en el nuevo ciclo de homologación WLTP.
El nuevo sistema EcoDynamics+ puede combinarse con una caja de cambios manual de seis velocidades o bien con una nueva transmisión automática de ocho marchas.
Así va el Kia Sportage 2019
En su presentación internacional, que ha tenido lugar en la ciudad alemana de Frankfurt, hemos podido probar la versión 1.6 CRDi de 115 CV y la 2.0 diésel de 185 CV con la nueva tecnología microhíbrida EcoDynamics+. Para esta primera toma de contacto hemos realizado un total de 80 km -40 km con cada versión-, combinando autovías, carreteras convencionales y tramos urbanos.
En ambos casos el Sportage destaca por su buen confort de marcha, algo que no ha cambiado con este restyling. Los dos motores son suaves, muy silenciosos y responden con contundencia a bajo régimen, algo que se aprecia de manera notable en el bloque de dos litros con la asistencia del sistema eléctrico. El 1.6 CRDi de 115 CV es más que suficiente para mover el vehículo con soltura, si bien necesitamos acercar la aguja a las 2.000 rpm para encontrar una respuesta más dinámica -con el 2.0 ya encontramos una razonable agilidad en el entorno de las 1.700 rpm-.
Con la tecnología microhíbrida, el Sportage incorpora un display en el ordenador de a bordo que nos permite conocer el flujo de energía, como en un híbrido tradicional. La caja de cambios automática de doble embrague y siete velocidades asociada a esta mecánica nos ha sorprendido por su velocidad de respuesta y su baja sonoridad. Con esta combinación, en nuestra prueba hemos firmado un consumo de 7,8 l/100 km. En el caso del bloque 1.6 CRDi de 115 CV, el consumo ha sido de 6,3 l/100 km.
En marcha, lo que no cambia es el tacto ´eléctrico´ de la dirección, aunque nos ha parecido algo más informativa que en pruebas anteriores. La suspensión mantiene un tarado suave que busca priorizar el confort, si bien es cierto que lo hace a costa de balancear algo más de lo deseado en curva y en zonas bacheadas. El sistema de frenado es eficaz.
En definitiva, el Kia Sportage mantiene las señas de identidad que lo convierten en uno de los SUV más equilibrados del segmento. Está bien terminado, los ajustes son correctos, el comportamiento en marcha es muy destacado y el confort sigue estando garantizado.
