¿Sabes cuánto le pagan a un ganadero por cada litro de leche? ¿Y qué precio es el que pagas tú por ese mismo litro de leche ya embotellado en el supermercado? Efectivamente, toda la cadena de intermediarios que hay entre medias hace que el precio final se dispare comparado con lo poco que percibe el ganadero. Y seguro que más de una vez te has planteado si, de verdad, tanto intermediario es necesario o no…

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Esta pequeña analogía nos vale para partir de la premisa de que, quizá, el planteamiento de la tecnología e-POWER es demasiado compleja para, al fin y al cabo, obtener simplemente la etiqueta Eco de la DGT, la misma que tiene cualquier híbrido tradicional de toda la vida sin necesidad de complicarse tanto la vida… ni de meter tanto intermediario. Porque, al fin y al cabo, utilizar un motor de gasolina para generar electricidad y que, después, esa electricidad sea la que utilice un motor eléctrico para mover las ruedas, nos hace pensar que aquí sí que hay demasiado intermediario.
Técnicamente, el Qashqai e-POWER es un SUV de tracción delantera y cambio automático de una sola marcha que, como decíamos más arriba, emplea un motor eléctrico de 190 CV y 330 Nm. Es un híbrido tradicional, por lo que su autonomía eléctrica podría dar para poco más de 2-3 km, que es lo que podría recorrer con su batería de 2,1 kWh de capacidad. Sin embargo, esta batería se a recargando continuamente gracias a un motor 1.5 Turbo de gasolina de tres cilindros y 154 CV que nunca se encarga de mover las ruedas.
Con esa tecnología, este Qashqai homologa un consumo de 5,3 L/100 km y unas emisiones de 120 gr/km, tiene etiqueta Eco de la DGT y acelera de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos. Como otros Qashqai, mide 4,42 metros de largo, pero tiene algo menos de maletero: 479 litros en vez de 504 litros El Qashqai e-POWER más barato vale 39.850 euros. Eso, teniendo en cuenta que un Qashqai 1.3 DIG-T de 140 CV y etiqueta Eco (está microhibridado) vale es de 31.850 euros, o que el DIG-T de 158 CV cuesta desde 34.950 euros, es un precio considerable. Tienes una prueba del Qashqai DIG-T 158 aquí.
No sólo eso. Un Toyota C-HR 180H (ver fotos aquí), un híbrido también con etiqueta Eco, 4,39 metros de largo, 180 CV y exactamente el mismo consumo homologado, está a la venta desde 29.700 euros, es decir, un 25% menos. El rival directo de este Qashqai será el Toyota Corolla Cross (más info aquí), con un planteamiento más familiar que el C-HR y una longitud de 4,46 metros, pero no llegará hasta bien entrado 2023. Así que, de momento, tomaremos al C-HR como referencia, más por el tipo de mecánica y potencia (y por el hecho de poder haberlo probado ya) que por la carrocería en sí.
¿Cuánto consume en realidad?
Según las cifras de homologación, este Qashqai consume 5,3 L/100 km, o 5,4 L/10 km en el caso de la versión Tekna+ que hemos tenido ocasión de probar. Tras nuestras pruebas, hemos podido comprobar que el consumo, como suele ocurrir en los híbridos, es mayor cuando circulas por carretera que en ciudad (al revés que en un coche de combustión tradicional). Así, con este Qashqai, en carretera lo normal es moverse en torno a 6-6,5 L/100 km cuando se llanea a una velocidad de unos 100-120 km/h.
Si hay repechos o somos poco cuidadosos con el acelerador, superar los 7 L/100 km no es complicado. En este sentido, tenemos la sensación de que el e-POWER es más sensible a lo que se acelera que otros híbridos, como el propio Toyota C-HR. En ciudad bajar el consumo al entorno de los 5 L/100 km, y en recorridos urbanos y con circulación por alguna vía de circunvalación a unos 80-90 km/h, lo habitual es moverse cerca de los 5,5 L/100 km.
Vale, pero ¿merece la pena?
A la vista de los datos económicos, la respuesta es clara: no, salvo que queramos ese Qashqai a toda costa. Y ya no sólo por el precio del Toyota. Si nos centramos en sus hermanos de gama, tendríamos que recorrer 449.438 kilómetros para amortizar la diferencia del precio con respecto al Qashqai de 140 CV (cuesta desde 31.850 euros y consume 6,3 L/100 km), y 275.280 km respecto al Qashqai de 158 CV para amortizarlo (cuesta desde 34.950 euros y también consume 6,3 L/100 km). Y, además, en los tres casos tenemos la etiqueta Eco de la DGT. Estos datos los hemos calculado tomando como base el precio de la gasolina de 95 octanos a día 14 de noviembre de 2022, cuyo precio medio en España era de 1,78 euros/litro.
Sí, es cierto que el Qashqai e-POWER es más potente, más rápido acelerado y que, además, es un coche bien insonorizado y agradable de conducir, pero la diferencia de precio sigue siendo demasiado abultada. Sin duda, es un coche agradable, y técnicamente es una apuesta valiente e interesante pero, en la práctica, tenemos la sensación de que en Nissan se han complicado la vida innecesariamente: demasiada complejidad y un precio elevado para tener un consumo similar a otros híbridos tradicionales y la misma etiqueta Eco.
¿Lo quieres de todas formas? Pues adelante: va muy bien
Por lo demás, el Nissan Qashqai e-POWER es muy similar a sus hermanos de gama. El salpicadero es prácticamente igual, con una pantalla digital central con iconos de generoso tamaño y una calidad buena. La instrumentación digital también es de serie. Emplea unos plásticos agradables al tacto y, en general, da sensación de coche tan bien hecho como cualquiera de sus rivales directos. Por espacio, y más allá de su maletero de 479 litros (que se ve superado por el de rivales como el Seat Ateca o el del Peugeot 3008), nos encontramos unas plazas traseras más amplias que la media de su segmento, sobre todo por anchura y espacio para las piernas.
En marcha, este Qashqai, como decíamos antes, es un coche refinado frente a otros híbridos por el poco ruido que se percibe en el interior y agradable de conducir. En este sentido, se parece más a un eléctrico que a un modelo clásico de combustión, si bien el motor de gasolina sí se deja escuchar un poco más cuando se acelera a fondo.
Por chasis, donde mejor se desenvuelve el Qashqai es en autopista, pero su suavidad también le permite ser un coche interesante para trayectos urbanos. En las carreteras secundarias de muchas curvas destaca por nobleza de reacciones y por facilidad de conducción. Pese a eso y sus 190 CV, no es un coche de planteamiento deportivo, y tampoco tiene la agilidad que encontramos, por ejemplo, en un Seat Ateca. Es, en general, un coche pensado para viajar con tranquilidad y comodidad con toda la familia.
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