En el mercado no existe demasiada oferta para preparar el Volkswagen T3 Syncro para aventuras off-road. Pero entre la poca oferta existente hay una marca que siempre ha destacado. TrailMaster tiene en su catálogo un sistema de suspensión pensado y desarrollado para este vehículo. Durante la preparación del T3 Syncro se tuvo muy en cuenta el estado de las carreteras y los caminos por los que se iba a transitar, así como el peso del furgón autocaravana cargado. Había que recorrer alrededor de 20.000 kilómetros, y el peso del vehículo se acercaba a los 2.300 kilos.
La instalación de una nueva suspensión puede cambiar por completo el comportamiento de un vehículo. Siempre se busca mejorar lo que el fabricante ofrece de serie, pero si la elección no se realiza de manos de un experto, el resultado se puede convertir en una pesadilla.
Plantearse las necesidades de la transformación es prioritario, y el equilibro del bastidor debe ser el objetivo final, algo que nunca es fácil si se hacen experimentos.
Además, el esquema de suspensión del T3 Syncro no es el idóneo –especialmente con los brazos tirados y el eje torsional del tren trasero– y no permite grandes mejoras sin una importante inversión. Otro aspecto que no se puede mejorar excesivamente en estos furgones es el recorrido de la suspensión.
Se pueden encontrar auténticos bricolajes hechos por expertos con tiempo, paciencia, dinero y herramientas adecuadas, pero la fiabilidad exigida para una aventura de 20.000 kilómetros por África desaconseja por completo esta opción.
Así pues, evaluamos todas las posibilidades y finalmente optamos por montar un kit Stage II TrailMaster de +4cm con especificaciones Heavy Duty para el tren trasero. Y el veredicto es claro: A lo largo de los tres meses y medio que duró la aventura, los amortiguadores no han sufrido ninguna avería, ni perdidas de aceite, ni fatigas excesivas. En el eje trasero, los amortiguadores reforzados han soportado perfectamente la carga de esa zona, donde se encontraban el motor y el peso extra que suponen dos ruedas de repuesto, dos bicicletas, una baca cargada y el equipaje€
Si bien es verdad que la zona trasera parece no haber sufrido en exceso, el eje delantero sí que ha acusado ligeramente el peso soportado durante todo el viaje y el mal estado de las carreteras por las que se ha circulado. Así, 20.000 kilómetros después, los amortiguadores y los muelles delanteros han cedido algo más de un centímetro, mientras que los traseros conservan los cuatro centímetros de elevación originales. En ningún caso hay daños apreciables en los muelles ni fugas en los amortiguadores.
CONFORT
No hay rebotes extraños, pese a la rigidez extra del tren trasero. Con el T3 Syncro cargado y en orden de marcha, es cuando mejor se aprecia ese plus de dureza. No hay balanceos excesivos pese a llevar carga en la zona alta, y los amortiguadores y muelles absorben perfectamente las irregularidades del pavimento, ya sea sobre asfalto o en caminos de todo tipo.
El eje delantero también trabaja correctamente. En alguna ocasión se ha llegado a experimentar una fuerte extensión al salir disparados a gran velocidad por algún bache escondido, sobre todo en las etapas mauritanas, pero después no ha habido rebote.