Me gusta el Seat León. Y no, no es que Seat me esté pagando por decirlo. En mi casa tenemos uno. Mi madre tiene otro. Y mi hermana tiene dos. Y sí, lo tienen por culpa mía. Es un coche con sus cosas buenas y malas, como todos los coches, pero en general todos nos están dando un buen resultado.
El de mi madre es un TDI de 90 CV de primera generación, de los de inyección directa sin common rail y con turbo de geometría fija. Eso es una roca. Ese motor es indestructible, y sus 90 CV tenían tanta mala leche que debajo del capó siempre pensabas que había mucho más. Y no, no estaba reprogramado ni nada. Ah, y por supuesto, a día de hoy sigue gastando como un mechero. Sé que nunca volveremos a ver motores así.
¿Por qué me gusta el Seat León? Bueno, es cierto que los de primera generación se ganaron cierta fama de coche de macarra poligonero. Pero lo cierto es que siempre me ha parecido un coche con un buen punto de equilibrio. Y tampoco voy a negar que el Seat 127 que tuvimos como primer coche en mi familia hace que el tenga un especial cariño a Seat. Nostalgia creo que se llama.
Con esto no quiero decir ni que los Seat sean los mejores coches ni que te compres uno por el artículo 33. Haz lo que te brote, sólo faltaba. Pero sí es cierto que, si buscas un coche de esos que podríamos denominar como un coche para todo y a un precio razonable, es muy probable que el Seat León acabe estando en tu lista de modelos a tener en cuenta.
El Seat León sigue siendo lo que siempre ha sido, pero en los últimos tiempos le faltaba algo para revitalizar sus ventas. Parte de ese algo es la etiqueta Eco de la DGT. Todos los León tenían la C, salvo los híbridos enchufables, que llevaban la etiqueta Cero. Y, en las grandes ciudades, se empieza a ver a la etiqueta Eco como una especie de salvoconducto para poder moverse con un mínimo de libertad. ¡Qué tiempos aquellos en los que, simplemente, éramos libres, fuese con el coche que fuese!
El coste de un Seat León PHEV híbrido enchufable era considerable, así que el grueso de las ventas era el de las versiones con etiqueta C. Pero, ahora, Seat ha decidido apostar también por la hibridación ligera para ofrecer también alguna versión con etiqueta Eco.
Si hace unas semanas probábamos el Seat León 1.0 eTSI de 110 CV, ahora os traemos la versión 1.5 eTSI de 150 CV, en este caso con la carrocería Sportstourer, aunque también está disponible con la de cinco puertas. Así, la gama del Seat León está así formada en la actualidad.
Así es por dentro
Por dentro, este Seat León es idéntico a cualquier otro León de la gama. Hay alguna mejora muy de agradecer, como una redistribución de algunos menús de la pantalla central que facilitan mucho las cosas, aunque hubiéramos preferido que hubiesen puesto botones de toda la vida para cosas como el climatizador o la radio.
Independientemente de eso, es un interior bien resuelto: perfecta postura al volante midas lo que midas y sean cuales son tus preferencias; instrumentación muy completa y fácil de consultar; unas plazas traseras incluso un poco por encima de la media; y una calidad de acabados equiparable a la de sus principales rivales en la actualidad.
Sí, nos gustaría que hubiese algún que otro plástico más blando en las zonas menos visibles o que eliminen de una vez por todo el maldito negro piano, pero son dos detalles en los que caen tanto el Seat León como todos sus rivales.
¿Y el maletero? Si hablamos de la versión de cinco puertas, tenemos 380 litros de capacidad. Vamos, lo que se estila hoy día en un coche de este tamaño. Ahora bien, si nos vamos a la versión familiar Sportstourer de esta prueba, hablamos de 620 litros, una capacidad que le sitúa muy por encima de muchos SUV’s de su tamaño y entre los mejores de su segmento.
Así va en marcha
En el apartado dinámico es donde más brilla el Seat León eTSI 150. Empezaré por el chasis, pues es de sobra conocido y su resultado es excelente. Logra un envidiable equilibrio entre comodidad, facilidad de conducción y agilidad, y eso hace que sea un coche muy agradable de conducir y con unas reacciones especialmente nobles. No tardarás en sentirte a sus mandos como si llevases toda la vida conduciéndolo.
En cuanto al nuevo motor 1.5 eTSI de 150 CV, como decíamos antes, emplea un pequeño motor eléctrico y una batería asociada a una red de 48 voltios que no es capaz de mover al coche por sí solo, pero sí le permite por ejemplo avanzar con el motor detenido cuando, por ejemplo, vamos por autopista y comenzamos a descender una ligera pendiente en la que no hace falta acelerar. Gracias a esto tiene etiqueta Eco de la DGT.
El bloque es el conocido 1.5 turbo de cuatro cilindros con desconexión de dos cilindros cuando no se acelera con fuerza. Este motor va asociado a un cambio automático de doble embrague y siete velocidades con tracción delantera. No se puede adquirir con otra combinación.
Si analizamos su consumo, hablar de medias reales de entre 5,5 y 6 L/100 km es un dato estupendo para un coche de este tipo, a la altura de lo que podría ser un diésel de esta potencia no hace muchos años. De hecho, muchos kilómetros tendremos que realizar al año para que nos interese comprar el León TDI. Cuando decimos muchos es, al menos, 25.000 kilómetros al año. Y vas con etiqueta C.
Si hablamos de agrado de conducción, hablamos de otro de sus puntos fuertes. Es un motor suave, refinado, muy poco ruidoso y no notaremos nunca cuándo acúa con sólo dos cilindros o cuándo detiene el motor en carretera. Y, cuando vuelve a conectarlo todo, lo hace instantáneamente y sin nada que nos haga sospechar que algo ha cambiado.
¿Y por prestaciones? Con 150 CV, un motor turbo y un peso de unos 1.400 kilos en función de la versión, se defiende muy bien en todas las circunstancias y el cambio también ayuda, ya lo ves en manual o en automático. Conduciendo a ritmos normales, no echaremos en falta más potencia; y, si nos decidimos a apurar sus prestaciones en un adelantamiento, por ejemplo, la respuesta es también muy buena. No es un Cupra León de 300 CV, por supuesto, pero sí cumpla con buena nota. No ace falta más.
Cuánto cuesta el Seat León eTSI 150 con etiqueta Eco
Llegamos así al tema del precio. Un Seat León eTSI 150 DSG Style Special Edition sale por 30.330 euros, mientras que si lo adquirimos con la carrocería Sportstorurer nos vamos a los 33.020 euros. No es precisamente barato.
Y, desde luego, hay compactos con etiqueta Eco con esa potencia por menos dinero, y no necesariamente peores. Un ejemplo es justo ese que tienes en la cabeza: el Toyota Corolla 140H cuesta de 25.900 euros, mientras que por 26.500 euros lo tienes también con carrocería familiar Touring Sports.
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