El Skoda Superb ha cambiado recientemente con una nueva generación que lo coloca, ya sin lugar a dudas, en una posición de privilegio en su segmento. Porque en cuanto a calidades se acerca mucho a las marcas premium.
Cuenta con una rica gama en la que hay versiones de gasolina, de gasóleo, microhíbridas y una híbrida enchufable que anuncia nada menos que 133 km de autonomía eléctrica.

Sin embargo hoy vamos a probar el Skoda Superb que menos gente se compra. Es el que equipa el motor 2.0 TSI en su configuración de 265 CV, que viene asociado a una transmisión automática de siete velocidades y a un sistema de tracción total de tipo Haldex con eje trasero conectable. Y con carrocería Combi, que aporta unos impresionantes 690 litros de maletero.
Su diseño ha cambiado por completo. Tiene ahora grupos ópticos más pequeños y finos y responde menos al lenguaje estético tradicional de Skoda. Pero es bonito. Y grande: 4,90 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,48 metros de alto.

Dentro, esto es un Skoda Superb, sinónimo de espacio. Hay unas plazas traseras amplísimas, sobre todo en lo relativo a espacio para las piernas, al mismo tiempo que cuenta con unos remates, unas calidades, en las que es poco fácil encontrar pegas. Esto último se ensalza dentro del acabado Laurin&Klement, el más lujoso y equipado de toda la gama.
Dispone de los maravillosos Smart Dials, que puestos a no tener un botón para cada función, aglutina aquí todos entre los que puedes intercalar pulsando cada dial. Así las cosas aquí tienes la gestión de la temperatura, el volumen del audio, los modos de conducción o la calefacción y ventilación de los asientos.

Por suerte, además, los botones del volante, numerosos, son mecánicos, por lo que es fácil accionarlos. Todo en general se siente fácil y cómodo en el interior del Skoda Superb. También la desconexión de los ADAS, a los que puedes acceder pulsando una tecla del volante.
Cuando lo cogí supuse que su consumo sería muy elevado, pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que en un uso normal lo llevas en 9,0 o 9,5 L/100 km, pero lo sorprendente para bien es que, en autopista, no gasta mucho.

Si vas a ritmo legal puedes llevarlo fácilmente en 8,5 L/100 km. Si vas rápido, muy rápido, algo tentador por lo cómodo que es y lo sujetito que va, el consumo excede por no mucho los 10,0 L/100 km. Así que muy bien.
¿Prestaciones? A ver, este motor 2.0 TSI lleva la misma especificación que un VW Golf GTI. Rápido, es. 5,7 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, probablemente algo innecesario en un coche de estas características pero que quién no quiere tener.

Así que corre bastante, en todo el rango de revoluciones además, es muy cómodo y va muy aplomado con su suspensión adaptativa que tan bien filtra. Esta amortiguación tiene distintos niveles de firmeza a seleccionar. Quizá innecesariamente demasiados porque tienes que saltarlos de varios en varios para realmente percibir cambios.
Lo tiene todo para ser un excelente rutero para largas distancias. Claro que barato no es. La gama Superb Combi arranca en 43.900 euros y esta versión asciende a 58.050 euros. Pero realmente es que es difícil sacarle peros a un coche que, para viajar con mucho equipaje, es de lo mejor que hay.
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