La contaminación es uno de los problemas principales en las grandes ciudades españolas y los diferentes partidos políticos con opciones de formar Gobierno son muy conscientes de ello. Por eso, en la reunión entre PSOE y Ciudadanos, uno de los puntos en común fue la intención de sustituir el impuesto de matriculación por otro impuesto, pero medioambiental.
Era uno de los puntos de coincidencia entre ambos partidos tras los últimos meses en los que ciudades como Madrid, Oviedo o Barcelona han tenido que restringir el tráfico para reducir los altos niveles de contaminación. Con este nuevo impuesto los conductores pagarían en función de las emisiones contaminantes.
El PSOE defendía en su programa que abarcara tanto las emisiones de CO2 como las óxido nitroso, mientras que Ciudadanos quería que además estuviese armonizado en toda España, sin diferencia entre comunidades.
