
La marca ha decidido ampliar el plazo para recibir ofertas otras tres semanas, un tiempo en el que los seis interesados actuales deberán presentar toda la documentación detallada de sus proyectos, así como sus planes de financiación.
De esta forma, el 10 de agosto será la fecha tope establecida por Samjong KPMG y el grupo Macquarie, encargados de dirigir la venta de la marca coreana, tasada en 500 millones de dólares. En esta pugna, el grupo Renault-Nissan y Mahindra son los principales favoritos para llevarse el gato al agua, aunque habrá que ver si realizan una propuesta en firme antes de dicha fecha. En todo caso, parece que la cifra inicial se podría rebajar un poco, ya que los analistas hablan de una cantidad comprendida entre los 300 y los 500 millones de dólares.
Los expertos prefieren a Renault
Estos mismos analistas prevén muchas dificultades para reflotar la marca debido a la caída de popularidad de sus modelos, pero también consideran la propuesta de Renault como la más ventajosa gracias a la sinergia que podría producir en su alianza con otro fabricante coreano, Samsung. No hay que olvidar que Renault ya posee una fábrica en la ciudad coreana de Busan, adquirida a Samsung hace más de una década, y desde aquí se podría reactivar la producción de nuevos SUV o sedanes, una buena oportunidad para reactivar las ventas de SsangYong, que en la actualidad apenas alcanza el 2% de la cuota de mercado en su país.
Sea como sea, en pocas semanas sabremos cómo termina este culebrón, que se inició hace dos años cuando la caída en picado de las ventas espantó a la china SAIC, máximo accionista de la compañía hasta el año pasado.