¿Eres uno de esos puristas que no entiende cómo BMW hace coches como el M550d xDrive, una berlina diésel de altas prestaciones firmada incluso por la división deportiva de la marca? Pues bien, hoy te presentamos algo que seguro te gusta más: el BMW M550i xDrive. Se trata de su homólogo de gasolina, un vehículo que, dadas sus características, lanza al aire la duda sobre si hace falta un BMW M5. En cualquier caso, representa una alternativa casi tan brutal como éste a un precio más económico; dentro, eso sí, de todo lo económico que puede ser un coche con 462 CV.
Y es que esa es la cifra de potencia entregada por su propulsor de gasolina de 4.4 litros, dos turbos y ocho cilindros en disposición de V. En cuanto al par motor máximo, se sitúa en unos impresionantes 650 Nm desde tan solo 1.800 vueltas. Con este motor asociado a una caja de cambios automática Steptronic con ocho velocidades, el BMW M550i xDrive acelera de 0 a 100 km/h en 4,0 segundos y alcanza una velocidad punta de 250 km/h -limitada electrónicamente, claro-.
Como la variante de gasóleo, su tracción total inteligente xDrive prioriza la entrega de potencia a las ruedas traseras para conseguir que este sedán tenga un rendimiento más deportivo. A ello le acompañan una altura rebajada en 10 mm, una suspensión adaptativa M, una puesta a punto específica tanto de la dirección como del escape y un equipo de frenos mucho más potente que el original. No obstante, una de sus mayores virtudes, capacidades dinámicas aparte, es que su motor es Euro 6 y el consumo homologado en ciclo mixto es de 8,9l/100km.
Además, estéticamente también llama la atención a través de un paquete estético aerodinámico deportivo, diversos detalles en gris y unas llantas de aleación de 19 pulgadas. Asimismo, en el habitáculo incorpora una tapicería de cuero Dakota, un volante deportivo M, pedales de aluminio o alfombrillas específicas, entre otros. Y por supuesto, toda la tecnología que incluye la nueva generación del BMW Serie 5.