Ahora Madrid presentó una proposición el pasado mes de marzo en coherencia con una propuesta de Ciudadanos para reducir el ruido de los coches entre el Puente de los Franceses y los túneles de la M-30. Aunque originariamente se presentaron dos propuestas, los técnicos de Medio Ambiente y Movilidad recomendaron un asfaltado absorbente combinado con la reducción de la velocidad máxima en ese tramo de 90 a 70 km/h.
Tan sólo un mes después de la puesta en marcha de esta medida, los radares situados a la altura de San Pol del Mar se han convertido en una auténtica pesadilla para los conductores madrileños. Estos radares multan a una media de 1000 conductores diarios y se sitúa en 2016 por encima de la media mensual del cinemómetro del kilómetro 4 del Paseo de Extremadura, el que más multa de la capital.
Los dispositivos están situados exactamente en la siguiente ubicación. En sentido norte, las cámaras se ubican en el kilómetro 19,8 de la vía de circunvalación, en el anillo interior. En sentido inverso de la marcha, el radar está colocado justo a la entrada del túnel.
El Ayuntamiento de Madrid asegura que advirtió con anterioridad a los conductores de la bajada de la velocidad en ese tramo de la M-30 y añaden que «hay señales y advertencias de que la velocidad se mantiene igual que en los túneles de la M-30».
