Radares pedagógicos: ¿cómo funcionan?

Nicolás Merino
Nicolás Merino

Este dispositivo, usado desde hace tiempo por la Dirección General de Tráfico, muestra a los conductores la velocidad a la que circulan para que sepan si están por encima o no del límite permitido por la vía.


No es nada nuevo. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha hecho de los excesos de velocidad su principal frente de batalla. Ya sea ampliando la base de radares, instalando nuevos tipos de cinemómetros, como los de cascada, o preparando el terreno para llevar a cabo nuevas medidas: límite genérico en ciudad de 30 km/h.

En lo referente a los radares, la DGT dispone de más de 2.000 unidades, todas ellas destinadas a pillar a aquellos que excedan el límite de velocidad, pero también a quien circule con el coche sin cumplir los requisitos del Reglamento General de Circulación (RGC), como por ejemplo, la ITV caducada. Pero no todos los radares han sido ideados para ‘cazar’, sino también para instruir.

Es el caso de los radares pedagógicos, dispositivos cuya misión es informar al conductor de la velocidad a la que discurre por una vía. Su fin no es otro que evitar el exceso de velocidad mostrando al conductor la velocidad real. Se trata de unos paneles que se activan cuando superas el límite permitido en la vía, pero no multan, como sí hacen el resto de radares. También tienen una función secundaria: analizar datos como la velocidad media de esa zona o la cantidad de vehículos que circulan por la vía en la que ha sido instalado.

La ubicación de este tipo de radares se concentra, principalmente, en zonas urbanas donde se suele rebasar asiduamente el límite de velocidad permitido, así como en zonas donde hay colegios, siendo el objetivo, como ya te hemos contado, evitar sobrepasar el límite genérico de la vía. Te recordamos que en el buscador de radares de Autofácil puedes encontrar la información actualizada de todos los radares, clasificados por provincias –con su ubicación exacta– y por tipo.