Si ya de por sí, conducir un Fórmula 1 es complicado y está al alcance de solo unos pocos privilegiados, imaginaros lo que supone pilotar uno de estos monoplazas en la nieve. Pero para Red Bull nada es imposible.
Red Bull decidió llevarse esta semana al piloto revelación de la temporada, Max Verstappen, y al RB7 a los alpes austriacos. Concretamente la estación de Hahnenkamm, Kitzbühel fue el escenario de espectacular road show para promocionar el Gran Premio de Austria y calentar motores para la nueva temporada.
Red Bull transportó el coche en helicóptero y los ingenieros del equipo diseñaron unas cadenas especiales para preservar la seguridad de su piloto. Inicialmente el coche llevaba unos neumáticos Pirelli Sottozero provistos de clavos, pero como aún así no ofrecía la máxima estabilidad, se añadieron las cadenas para mayor adherencia.
Max Verstappen, el piloto más jóven de la parrilla actual, disfrutó del momento y estuvo arropado por más de 3.500 personas. Las imágenes son realmente espectaculares.