Prueba del Renault Arkana E-TECH híbrido. Tercera parte. ¿Cómo va en marcha?

El Renault Arkana E-TECH emplea una mecánica híbrida similar a la que podríamos encontrar en un Toyota híbrida, pero con claras diferencias. Vamos a explicarlas y a contarte cómo va.

Si has llegado hasta aquí, es que ya te habrás leído las dos primeras partes de la prueba del Renault Arkana E-TECH híbrido Engineered. Si no es así, aquí tienes el enlace a la primera parte de la prueba y aquí, a la segunda parte, donde hablamos del interior.

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En esta tercera parte, vamos a analizar el apartado dinámico del Renault Arkana E-TECH, en este caso con el acabado deportivo Engineered. Pese a su aspecto deportivo, el sistema no recibe modificación alguno salvo los efectos que pudiera tener el hecho de llevar las llantas de 18 pulgadas, aunque no creemos que sea gran cosa debido a que los neumáticos son 215 con perfil 55, que no excesivamente bajo. Tampoco supone ninguna modificación en el motor ni en el funcionamiento del sistema híbrido o de la caja de cambios, ni hay un modo más deportivo que el Sport que ya podemos encontrar en otros Arkana.

Echando un vistazo rápido al Arkana E-TECH, este modelo emplea el mismo chasis que los demás Arkana y que el Captur, con un clásico esquema trasero de eje torsional. Tiene tracción delantera y emplea una caja de cambios automática que, aunque en teoría funciona como su tuviese múltiples relaciones, en la práctica actúa básicamente como si tuviese cuatro marchas.

El motor térmico es un 1.6 atmosférico de gasolina con cuatro cilindros que desarrolla 94 CV y 148 Nm de par. Luego, el E-TECH utiliza dos motores eléctricos, el primero encargado de mover al vehículo y genera corriente con 49 CV y el segundo, de 20 CV, dedicado exclusivamente a generar corriente.

En la práctica, el resultado es muy bueno en recorridos urbanos e interurbanos, pues resulta un motor agradable, no demasiado ruidoso y con un consumo de carburante muy razonable, pues es fácil moverse en medias de unos 5,5 L/100 km. Como ocurre con todos los híbridos puros, cuanto más circulemos por ciudad, más fácil será acercar esa media a los 5 L/100 km, incluso menos; en cambio cuando más circulemos por carretera, más complicado será sujetarlo por debajo de los 6 L/100 km.

En los trayectos urbanos o interurbanos a ritmos tranquilos, el Arkana E-TECH se mueve además con suficiente soltura, de manera que no echaremos en falta muchas más prestaciones. Sin embargo, en carretera las cosas se empezarán a complicar en caso de que tratemos de mantener un ritmo rápido o que queramos conducir con cierto dinamismo por carreteras secundarias de curvas.

En esos casos, el sistema E-TECH funciona bien siempre y cuando exijamos una entrega máxima de potencia de forma un tanto puntual. Si lo hacemos de forma continua, y para eso no hacen falta mucho más de 4 ó 5 kilómetros, el sistema agotará gran parte de la carga de la batería de 1,2 kWh y, entonces, nos quedaremos sólo con la respuesta del motor de gasolina, que resultan un tanto escasas.

Además, y como la caja de cambios en la práctica sólo emplea cuatro marchas, veremos que, si seguimos acelerando a fondo, el motor funcionará principalmente en segunda y tercera velocidad, lo que supone un nivel de rumorosidad considerable.

En cualquier caso, dudo mucho que alguien se compre un coche de este tipo para realizar una conducción continuada de este tipo. Para cosas puntuales como adelantamientos o cosas así, el E-TECH obtiene un buen resultado; si queremos realizar una conducción exigente, mejor optar directamente por un Arkana TCe, ya sea el de 140 o el de 160 CV, que para eso están y resultarán mucho más gratificantes.

Es cierto que existe la posibilidad de elegir entre cuatro modos de conducción: Eco, Sense, Sport y Perso. Hay leves diferencias en la respuesta del acelerador y se aprecian también cambios en el diseño de las pantallas, pero son sutiles.

Lo bueno del sistema E-TECH es que tiende a recuperar la carga de su batería con facilidad, sobre todo en el modo Sport, y también que es fácil mantener un buen nivel de carga incluso con aceleraciones a fondo puntuales.

Es, por tanto, una mecánica enfocada principalmente a la eficiencia y la conducción relajada que, en momentos puntuales, tiene un buen nivel de potencia; pero, insistimos, si tus necesidades son más prestaciones y menos urbanitas, mejor un Arkana TCe 140 ó 160.

En cuanto a comportamiento y comodidad, el Arkana se inclina hacia este segundo aspecto. Es un coche con una suspensión relativamente suave, que filtra con suficiente mimo las irregularidades y que no tiende a sacudir en exceso a sus ocupantes en zonas bacheadas. Es un coche recomendable para largos viajes, pero también para moverse por la ciudad y alrededores.

En zonas de curvas, el Arkana destaca por aplomo y precisión, dos características que le convierten en un coche fácil de conducir en el que verse en una situación apurada es muy complicado. Es un tipo de comportamiento que casa bien con el planteamiento de la mecánica híbrida de esta versión del Arkana.

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