Los problemas aparecieron en un viaje: circulando a 130 km/h, de repente, dejó de funcionar el control de velocidad. Al principio no conseguía fijar una nueva velocidad de crucero, pero lo logré cinco minutos después, y no le dí más importancia… pero, en el trayecto de vuelta y, transcurridos 90 kilómetros, el Mégane empezó a dar tirones en quinta y sexta velocidad. Entonces, el motor se paró y apareció un mensaje en la pantalla: -Anomalía inyección-. Después de un largo rato conseguí arrancarlo de nuevo, pero volvió a detenerse a los cinco minutos; el problema se repitió varias veces hasta que también se bloqueó la dirección… y después de este último fallo ya no pude volver a arrancarlo. Lo llevé al taller oficial donde, pasado casi un mes, me dijeron que ya lo habían arreglado, pero yo no me fío… ¿Qué hubiera pasado si esa misma situación me sucede en una carretera de un único carril para cada sentido mientras adelantaba a otro vehículo? ¿O qué podría haber sucedido si el propulsor se hubiera detenido mientras trazaba una curva? El jefede taller me insiste en que ya está todo solucionado, pero no considero que estas incidencias sean normales en un vehículo de menos de cuatro meses y 5.000 kilómetros. Además, yo no me encuentro seguro conduciendo este coche, por lo que decidí comunicar mi caso al servicio de Atención al Cliente y reclamar un coche nuevo, pero todavía no he obtenido una respuesta de la marca. ¿Podéis ayudarme a resolverlo?
Todo ha quedado solucionado con el cambio del conector del common raily el cableado del vehículo. Para compensar los trastornos, se ha regalado a Samuel una ampliación de garantía del vehículo durante dos años más.
