El márketing es uno de los grandes males de esta sociedad en la que vivimos. Tampoco es que os quiera aburrir profundizando en esto, pero quedémonos con un simple concepto: que una marca como Renault tenga un SpaceClass y lo denomine monovolumen no es más que una mera cuestión de márketing.
Porque sí, ellos te dicen que el Renault SpaceClass es un monovolumen pero, en realidad, está derivado de la furgoneta Renault Master, con quien guarda plataforma y numerosísimas similitudes. ¿Es eso malo? En absoluto. Uno puede entender que decir que es una furgoneta quizá resulte poco elegante en según qué círculos sociales, pero cuando lo tienes delante, no hay mejor forma de aplicar aquello de que “aunque la mona se vista de seda…”.
Aunque, para ser sinceros, también hay que tener un detalle importante: está matriculada como un turismo, por lo que no hay problemas de limitación de velocidad o intervalos para pasar la ITV como ocurre con los comerciales.
Sea como fuere, la Renault SpaceClass Energy Blue dCi 170 EDC Corta que tenemos en esta prueba es un vehículo de 5,08 metros de largo (la versión larga mide 40 cm más) que puede tener hasta nueve plazas, manteniendo una gran capacidad de carga aunque las llevemos todas ocupadas. ¿Cuánto hay de maletero? Como mínimo, y según datos oficiales, hay 550 litros de capacidad. Eso sí, tener tanto espacio y que los asientos se muevan por raíles tiene un problema: si llevamos objetos no muy voluminosos sueltos, es fácil que se cuelen bajo los asientos y terminen Dios sabe dónde.
En nuestro caso, esta unidad contaba con dos plazas delanteras, dos asientos individuales en la segunda fila que se podía girar y plegar y una banqueta de tres plazas en la tercera fila. En total, siete plazas. De serie, la segunda fila tiene otra banqueta de tres plazas; que haya sólo dos individuales tiene un coste de 2.550 euros, que ascienden a 3.465 euros si, además, también añadimos la posibilidad de que la tercera fila se pueda convertir en cama. También existe la posibilidad de tener tres plazas delante, por 131 euros. El suelo de la parte trasera cuenta con unos raíles longitudinales que permiten colocar los asientos en infinidad de posiciones para jugar con el espacio disponible según las necesidades.
Sea como fuere, el espacio no es problema. Y no sólo eso, sino que las plazas que hay son todas ‘de verdad’. Es decir, que puede ir perfectamente sentada una persona adulta y, además, el acceso es estupendo, pues el hueco de las dos puertas laterales es enorme y hay un pequeño escalón que facilita la entrada y salida al vehículo.
Encontramos también varios puntos de luz por leds, asientos tapizados en cuero y mandos independientes para la climatización de la parte trasera. Ni las puertas laterales ni el portón tienen funcionamiento eléctrico. En el caso del maletero requiere un poco esfuerzo, aunque cuenta con un tirador de cuero en la parte interior del portón que facilita el cierre; en el caso de las puertas laterales, la cosa tan sólo se complica si, por ejemplo, aparcamos en cuesta.
El puesto de conducción es básicamente como el de la Renault Master, aunque un poco más mimado en cuanto a equipamiento. Por calidad las cosas son similares. Hay mucho plástico duro en las puertas o el salpicadero, cosas pensadas para el trato duro que suele sufrir un vehículo comercial. En el caso de la SpaceClass encontramos una plancha que simula ser una especie de madera de color gris y que mejora la presencia del interior. También encontramos otros detalles como un botón de arranque, la pantalla central (de las más sencillas que podemos encontrar en los turismos de Renault), los mandos del climatizador que vienen de modelos como el Renault Captur o un pomo del cambio automático en plástico negro piano.
Hay otras cosas que nos recuerdan claramente que estamos ante una versión más premium de una Master, pero una Master al fin y al cabo, como la gigantesca palanca del freno de mano, que nos obliga a inclinarnos hacia la derecha para cogerla cuando vamos a accionarlo, o una postura al volante elevada, con las piernas poco estiradas y el volante en una posición más horizontal de lo habitual. Pese a ello, se viaja con comodidad. Es más, el asiento del conductor cuenta con un cómodo reposabrazos que convierte los largos desplazamientos por carretera en algo más llevadero.
La sencillez de la pantalla central o de la instrumentación son un aspecto, a mi juicio, a destacar. Tienes toda la información que necesitas y, además, es todo relativamente sencillo de manejar y consultar. Además, el hecho de que hayas botones físicos para el climatizador o para las funciones principales de la radio ayuda en mucho a la hora de manipularlo en marcha.
Llegados a este punto, es hora de analizar el precio. Hay un Renault SpaceClass Blue dCI 150 con cambio manual desde 39.402 euros, y por 40.460 euros se ofrece esta misma versión pero con la carrocería larga de 5,48 metros de longitud. La Volkswagen Caravelle T7 más asequible cuesta desde 52.825 euros (con un motor 1.5 TSI gasolina de 136 CV), y una Citroën SpaceTourer BlueHDI 180 cuesta desde 43.529 euros. Por su parte, una Ford Tourneo Custom EcoBlue de 136 CV vale desde 44.562 euros. Con estos datos, la Renault SpaceClass se coloca como la opción más barata frente a sus principales rivales.
De cómo va en marcha esta Renault SpaceClass con el motor dCI 170 y cambio automático EDC os hablaremos en esta otra entrada.
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