¿Cómo afecta al consumo de tu coche el polen, la humedad, el viento…?

J. Couto:
J. Couto:
La atmósfera y los agentes ambientales 'cambiantes' según la época del año o el lugar en el que nos encontremos pueden provocar que el mismo vehículo 'no funcione igual' según 'cuándo' y 'dónde'.

Aunque resulte increíble, lo cierto es que un coche no ofrece el mismo rendimiento en Valencia que en Madrid o en Galicia. Y eso provoca que el motor no ofrezca la misma potencia en unos sitios que en otros… y que tampoco consuma lo mismo. De hecho, ni siquiera rinde lo mismo en verano que en invierno, y tampoco si está lloviendo, o si es un día soleado.

¿La razón de todo esto? Aunque el principal motivo radica en la cantidad de oxígeno que haya en el ambiente -algo que afecta directamente al motor-, existen otros aspectos que influyen en todos los vehículos cuando circulan, como la lluvia, el viento

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Es cierto que las diferencias no son excesivas y que ninguna se produce de forma brusca, por lo que es bastante difícil que lleguemos a apreciar grandes pérdidas de potencia o que el consumo se dispara mientras conducimos.

Además, los sistemas de inyección electrónica de los motores actuales modifican su funcionamiento para ‘paliar’, en buena parte, esas diferencias de temperatura, de humedad, de altitud… En este reportaje vamos a analizar qué agentes externos pueden afectar a nuestro vehículo, cómo lo hacen… y si es posible evitarlo.

1.- El viento

Consume hasta un 14 % más

  • Qué ocurre: Cuando un vehículo circula por una autopista ‘con el viento en contra’, su consumo aumenta.
  • Por qué ocurre: Si el viento está en contra tiende a frenar al vehículo, por lo que el conductor tiene que pisar más el acelerador para mantener una determinada velocidad. En el peor de los casos -fuerte viento y completamente de cara- el coche puede llegar a gastar hasta un 14% más; si soplase ‘de culo’, el consumo puede bajar hasta un 8%. Por otro lado, presta especial atención si sopla de lado porque, además de consumir en torno a un 6% más, el vehículo tiende a desestabilizarse con más facilidad: sujeta el volante con fuerza para evitar que te desvíes.
  • En qué coches se nota más: En los ‘4×4’, monovolúmenes y furgonetas, por su peor aerodinámica -son más altos, más ‘cuadrados’…-.
  • ¿Se puede evitar? No, pero… el viento influirá menos si prescindimos de accesorios como alerones o paragolpes deportivos -el consumo aumenta un 5 % más de media-, si circulamos con las ventanas subidas -15 % de media- y si desmontamos las barras de techo cuando no las usemos -una baca aumenta el consumo hasta un 35 %-.
Puerto Bonaigua

2.- La altitud

Consume hasta un 5 % más

  • Qué ocurre: En una zona o puerto de montaña situado a más de mil metros de altitud -por ej., en el Puerto de Pajares, Asturias, a 1.378 m-, el rendimiento del motor puede reducirse hasta un 15 % respecto a cuando circula a nivel del mar -por ej., en Gijón, donde la altitud es casi cero-. Esto afecta también al consumo, aunque menos -en el peor de los casos, ronda el 5 %-.
  • Por qué ocurre: Conforme aumenta la altitud, se reduce la presión atmosférica y, con ello, la ‘cantidad de aire’ que hay en el ambiente. Esto provoca que el motor de un coche ‘respire’ peor, algo que afecta a su rendimiento. El incremento de consumo no es consecuencia directa de que haya menos aire, sino que por la mencionada pérdida de rendimiento, el conductor tendrá que acelerar más para conseguir las mismas prestaciones que si circularse por una zona a nivel de mar.
  • En qué coches se nota más: En los que adaptan un propulsor de gasolina sin turbo, donde el consumo aumenta, de media, un 5 %. En los motores con turbo -diesel o gasolina-, la pérdida de rendimiento es menor -el consumo puede incrementarse un 1 ó 2 %-.
  • ¿Se puede evitar? No

3.- El frío

Consume hasta un 35 % más

  • Qué ocurre: Un vehículo consume más carburante en invierno que en verano.
  • Por qué ocurre: Por dos causas: 1.- Cuando el motor está frío -p. ej., si lleva parado más de 10 horas- gasta hasta un 35 % más durante los 5 ó 10 primeros minutos tras ponerse en marcha. Además, si la temperatura exterior es inferior a 0ºC, el motor necesitará aún más tiempo ‘en calentarse’, motivo por el que requerirá más carburante hasta alcanzar su temperatura ideal de funcionamiento -unos 90ºC-. 2.- El aire es más denso cuanto menor es la temperatura, por lo que la resistencia aerodinámica es superior -es decir, en carretera, a un coche le cuesta más avanzar a 5ºC que a 30ºC-. Esto provoca que el consumo en carretera aumente un 7 % de media.
  • En qué coches se nota más: Un poquito más en los de gasolina -un 3 % aprox.-, porque emplean más carburante que los diésel en frío. También se nota más en carretera, pues entra más aire en el vano motor y el propulsor tarda más tiempo en alcanzar los 90ºC de temperatura.
  • ¿Se puede evitar? No
Conducir con lluvia

4.- La lluvia

Consume  hasta un 12 % más

  • Qué ocurre: Si el asfalto está muy mojado, las ruedas tienden a ‘frenarse’ más…. y el consumo aumenta.
  • Por qué ocurre: Porque los neumáticos, al entrar en contacto con una gran cantidad de agua, tienen que drenarla… y eso ‘frena’ al vehículo. Por otra parte, para mantener una misma velocidad, el conductor tendrá que acelerar más… y, como consecuencia, el consumo aumenta -será mayor cuanto más elevada sea la velocidad; en autopista, puede crecer hasta un 12 %-.
  • En qué coches se nota más: El incremento de consumo será más perceptible cuanto mayor sea la anchura del neumático; así, en uno de 185 mm de ancho, el aumento ronda el 3 %, mientras que en uno de 225 mm, ronda el 6 % de media.
  • ¿Se puede evitar? No, pero… sí se puede reducir el incremento de consumo si llevas las presiones correctas en los neumáticos. De esta manera, la superficie de contacto entre neumático y carretera es inferior, y la rueda no encontrará tanta resistencia a su avance. También es importante que los neumáticos tengan suficiente ‘dibujo’ -es decir, la profundidad de sus surcos-: además de por seguridad, podrán drenar mejor el agua… y se reducirá la resistencia a la rodadura. Por último, al comprar tu coche nuevo, debes recordar que, si optas por instalar unos neumáticos de mayor anchura que los originales, aumentará la superficie de rodadura: su consumo será mayor -hasta un 10 %- y, en mojado, su agarre será inferior.

5.- La humedad

Consume hasta un 1 % más

  • Qué ocurre: En principio, el consumo de un motor es más elevado cuanto mayor es la humedad del ambiente. Por eso, el consumo debería ser más elevado en Málaga que en Madrid, pues en esta última provincia el ambiente es más ‘seco’.
  • Por qué ocurre: El aire es menos denso cuanta más humedad contiene -aunque la lógica nos haga pensar que debería ser al contrario-. La razón es que en el aire seco hay un mayor volumen de oxígeno, por lo que un motor debería ‘respirar’ mejor cuanto más seco fuese el aire… sin afectar a su rendimiento. Sin embargo, en la práctica, la variación en la presencia de oxígeno es mínima, por lo que su influencia tanto en el rendimiento, como en el consumo del propulsor, resulta inapreciable: en el peor de los casos, puede rondar el 1 %.
  • En qué coches se nota más En los que tienen motor atmosférico -es decir, sin turbo; si dudas si lleva turbo, pregunta en tu concesionario-, ya sean diésel o gasolina.
  • ¿Se puede evitar? No

6.- El polen, la contaminación,  el polvo…

Consume hasta un 12 % más

  • Qué ocurre: Si vives en el campo, o en una ciudad con mucha polución, y no sustituyes el filtro de aire del motor cuando te lo indica tu marca en su libro de mantenimiento -de media, cada 30.000 km, por unos 60 euros en un taller-, es muy posible que el consumo de carburante llegue a aumentar en torno a un 12 %.
  • Por qué ocurre: La suciedad, el polvo, el polen… se acumulan poco a poco en el filtro del motor, disminuyendo el caudal de aire que éste necesita para funcionar correctamente, y eso aumenta el consumo.
  • En qué coches se nota más: En todos… salvo en los eléctricos -su motor no necesita aire para funcionar-.
  • ¿Se puede evitar? sí, sustituyendo el filtro de aire del motor cuando así lo indique tu fabricante. Ten en cuenta que, además, si se va a circular de forma habitual por lugares con mucho polvo, polen… todas las marcas aconsejan acortar el plazo para sustituir dicha pieza -por ej., a los 15.000 km en vez de a los 30.000 km-.

¿Leyendas urbanas?

A. La luna llena

FALSO: NO AFECTA A TU COCHE

Qué ocurre: Igual que la luna influye en las mareas o en las estaciones del año, existe una leyenda urbana que afirma que un motor de combustión consume menos cuando hay luna llena.

Por qué no le influye: No hay diferencias de consumo cuando la luna está llena o en cualquier otra fase. Lo que sí es cierto es que la luna está relacionada con las estaciones del año, por lo que indirectamente influye en la temperatura, la humedad… y eso sí que afecta al consumo.

B. Tormentas cósmicas

FALSO: NO AFECTAN A TU COCHE

Qué ocurre: Aunque nosotros no apreciamos nada, en la atmósfera se producen tormentas cósmicas de forma constante. Se trata de partículas procedentes del espacio exterior que viajan a una velocidad similar a la de la luz y que, al chocar contra la atmósfera, produce una serie de reacciones… que no tienen mayor importancia.

Por qué no le influye: Estas tormentas cósmicas pueden provocar fallos de funcionamiento en los satélites de navegación y, si tu navegador falla al calcular una ruta, podría ser que tuvieses que dar un rodeo y hacer más kilómetros de los necesarios, meterte en un atasco… Sin embargo, como un GPS puede utilizar la información de más de 20 satélites diferentes, las posibilidades de que esto ocurra son remotas.