Se reanima el motor

No obstante, como prólogo a nuestra completa información, considero un deber cordial utilizar este espacio de apertura editorial para felicitar a los personajes receptores de los galardones especiales: Satoru Satoh, embajador de Japón, en representación de las empresas automovilísticas de su país, recibido de manos de Javier Moll, presidente de EPI; Antonio Brufau, presidente de […]


No obstante, como prólogo a nuestra completa información, considero un deber cordial utilizar este espacio de apertura editorial para felicitar a los personajes receptores de los galardones especiales: Satoru Satoh, embajador de Japón, en representación de las empresas automovilísticas de su país, recibido de manos de Javier Moll, presidente de EPI; Antonio Brufau, presidente de Repsol YPF, quien recibió la distinción a su empresa, con el título Nombre del Motor 2012, entregada por Carlos Godó, consejero delegado del Grupo Godó (La Vanguardia); y a Fernando Saiz, director de Comunicación de Audi España, a quien personalmente tuve el honor de entregar el Trofeo Coche del Año de los Lectores, versión 2012, por su Audi Q3. Al término de la comida voló hacia Dubai con el premio para entregarlo a la plana mayor de la marca, allí reunida con cónclave internacional.

Muy de agradecer la presencia del ministro de Industria José Manuel Soria y sus positivas palabras sobre el futuro del automóvil en España. Igualmente, gracias a todos los asistentes al acto en nombre propio y en el de principales empresas y entidades del Sector. Por pura coincidencia, nuestro acto en el Ritz fue una especie de prólogo a una nueva etapa de buena voluntad social y económica, merecida por España, sus empresas y sus trabajadores, todos, de una forma u otra, relacionados con nuestro mundo del automóvil.

El Motor es una conquista cultural para la sociedad de hoy y de mañana, porque, una vez alcanzada por el hombre la facultad de automoverse -solo o en compañía- a bordo de vehículos cada vez más perfectos, seguros y bellos, es imposible aceptar la ralentización de este progreso.

Ciertamente, el Motor, como todos los sectores de la producción y la convivencia, se ha visto tocado por aviesas manipulaciones perjudiciales para la pública economía. Quienes tienen a su alcance las posibilidades de corrección merecen todo nuestro apoyo, desde los más altos estamentos de la justicia, hasta -El tíolavara- en connivencia con -Lavieja’l visillo-, como recurso del Buen Humor para descubrir a tramposos y darles su merecido.

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