Ocurre en todos los países (y no, lector, no sólo es culpa de tu cuñado). Ya fuera de bromas, en España corren multitud de bulos o falsos mitos sobre los temas más variados. Y uno de ellos, es la conducción en invierno.
Dadas las temperaturas cálidas habituales en nuestro país, la conducción en invierno y sus singularidades (menor adherencia del vehículo a la calzada, menor visibilidad, mayor riesgo de aquaplanning; entre otras) le son muy ajenas a muchísimos conductores españoles quienes, cuando se ven sorprendidos por la meteorología, no saben cómo actuar correctamente.
Por eso, hace unos días publicamos los 10 consejos para conducir sobre nieve y hielo que daban las autoescuelas, pero ahora, PONS Seguridad Vial, la editorial líder de formación vial en España, ha ido más allá y ha querido desmentir los bulos más populares respecto a conducir y circular cuando bajan las temperaturas.
Las circunstancias y momentos de mayor peligro durante la conducción en invierno
De entrada, desde PONS Seguridad Vial alertan de la necesidad de consultar, en estos meses especialmente, la información meteorológica y el estado de las carreteras (puertos cerrados, transitabilidad de los mismos, etc; consulta aquí el mapa de incidencias en tiempo real), así como valorar seriamente la necesidad de realizar cualquier desplazamiento si las previsiones del tiempo no son buenas.
Desde PONS Seguridad Vial recuerdan asimismo que el principal efecto de la conducción en invierno y sobre hielo o nieve es el aumento de la distancia de frenado (que puede ser hasta de 10 veces más que sobre una vía seca) debido a reducción de la adherencia, una circunstancia a la que también se suman problemas como el riesgo de accidente por los posibles deslizamientos o pérdidas de control de la dirección.
El director de formación de PONS Seguridad Vial, Fernando Solas, alerta de que, en la conducción en invierno, existen “dos momentos especialmente peligrosos: la caída de los primeros copos de nieve por un lado; y la formación de hielo cuando las temperaturas bajan de 4 grados en condiciones de humedad o de lluvia, especialmente de madrugada”; en ambos momentos hay que extremar las precauciones “porque el pavimento se vuelve muy deslizante. Además, [también] es aconsejable prestar atención al respecto en la entrada y salida de túneles, zonas de sombra y/o húmedas o cruce de puentes”.
Los 10 bulos más populares sobre la conducción en invierno
Es recomendable verter agua caliente para limpiar el hielo del parabrisas
Aunque los resultados de esta acción son inmediatos, desde PONS Seguridad Vial señalan con razón que “un cambio brusco de temperatura puede llegar a romper el parabrisas del vehículo, especialmente si tiene o presenta algún deterioro por un impacto”. Por eso, recomiendan que, una vez arrancado el vehículo, “lo mejor es encender la calefacción y enviar el aire hacia el parabrisas” para luego y desde el exterior, “rascar con algún elemento de plástico el hielo del cristal”.
Lo mejor para quitar el hielo del parabrisas en enviar aire frío hacia él
Enviar aire frío hacía un cristal que también está a baja temperatura no tendrá ningún efecto. Pero, ¿y si enviamos aire muy caliente hacia la luneta delantera? En ese caso “el aire caliente hará que el hielo se vaya antes del cristal, aunque si [este aire] está muy caliente… puede llegar a romperlo” advierten desde esta organización. De nuevo, recomiendan arrancar el vehículo y, poco después, conectar el sistema de climatización para enviar “aire caliente hacia el parabrisas porque [en estos momentos] el motor todavía no ha alcanzado tanta temperatura”. De esta forma, “el aire que se dirija hacia el cristal no estará muy caliente y, por tanto, no dañará el cristal pero sí derretirá el hielo”.
Es bueno dar acelerones para calentar el vehículo cuando hace mucho frío
Esto es absolutamente falso… y, de hecho, contraproducente para la salud del motor de nuestro vehículo. Acelerar el propulsor nada más arrancarlo y en condiciones de frío lo único que hará es “perjudicar al motor” y acelerar el desgaste de los elementos que lo conforman, incrementando el riesgo de averías “porque todos los mecanismos internos no están bien lubricados”.
Cuando comienza a nevar no existe peligro a la hora de conducir
Es una afirmación absolutamente falsa. Y es que, como explican desde PONS Seguridad Vial, “con los primeros copos de nieve se producen los mismos efectos que cuando caen las primeras gotas de lluvia (en el firme se genera una mezcla de agua, polvo y grasa), lo que transforma el pavimento en una pista muy deslizante”. Y ojo, porque “lo mismo sucede cuando, sobre el firme, ya existe nieve blanda y recién caída”.
Se debe acelerar fuerte para iniciar la marcha
Al contrario, para evitar pérdidas de tracción, y posibles patinajes del vehículo “se debe acelerar suavemente con las ruedas en línea recta, utilizando una relación de marchas lo más alta que sea posible (normalmente, la segunda) y soltar muy lentamente el embrague manteniendo una aceleración suave y constante, no accionando la dirección hasta que el vehículo esté en movimiento”, explican desde PONS Seguridad Vial.
Es necesario ‘calentar’ el motor antes de salir
Según señalan desde esta empresa, “esto ha quedado obsoleto; los motores de inyección son el presente y para calentarlos lo mejor que podemos hacer es circular con suavidad unos kilómetros”. De cualquier forma, y si el coche ha estado parado mucho tiempo o las temperaturas son extremas, esperar unos instantes con el coche arrancado antes de iniciar la marcha (mientras, por ejemplo, te pones el cinturón o conectas el móvil al equipo de audio) es una medida aconsejable.
Sobre hielo y nieve… no se debe usar el pedal de freno
Es falso. Es cierto que, tal y como indican desde PONS Seguridad Vial, sobre hielo y nieve, “hay que circular lentamente para usar el freno de servicio lo menos posible. Es aconsejable frenar con el freno del motor, pero cuando sea necesario reducir la velocidad y con el freno motor no sea suficiente se frenará con el freno de servicio o de pie… aunque siempre con suavidad”. ¿El objetivo? No sufrir pérdidas de adherencia del vehículo.
Si llevas neumáticos de invierno o cadenas… no hay peligro
Es una afirmación… temeraria. “Las cadenas [consulta aquí cómo instalarlas] o el uso de los neumáticos de invierno (recuerda que estos últimos tienen la misma validez legal y operativa que las cadenas) mejoran la adherencia del vehículo”, explican desde PONS, pero también recuerdan que “incluso utilizándolos el conductor debe tener en cuenta que estos neumáticos (descubre cómo son y cuándo se recomienda su uso) tienen una menor adherencia en comparación a una calzada seca”. También explican que el conductor no debe confiarse en exceso si usa sprays para mejorar la adherencia ya que estos productos, que se aplican a la banda de rodadura de los neumáticos, “tienen un efecto provisional de corta duración”.
Hay que circular siempre con marchas cortas para más seguridad
En la conducción en invierno, es cierto que las marchas cortas son recomendables para bajar pendientes, explican desde PONS Seguridad Vial: “las pendientes descendentes se deben bajar lentamente y en una relación de marchas cortas (frenando con el motor), utilizando los frenos lo menos posible y, en tal caso, con mucha suavidad”. Pero, en cambio, se deben obviar a la hora de subir una cuesta: “las pendientes ascendentes hay que subirlas lentamente y a velocidad sostenida y en una relación de marchas lo más alta que sea posible emplear”.
Las luces antiniebla sólo deben usarse con niebla, no en otras circunstancias
Esto es falso, ya que las luces antiniebla “se deben utilizar cuando existan condiciones meteorológicas o ambientales que disminuyan la visibilidad, como en el caso de una nevada”. Encuentra más información al respecto en esta noticia.