Con aires de salón del automóvil, en el imponente auditorio del Skoda Muzeum de Mladá Bolesav (República Checa) –inaugurado a finales de noviembre- el director de comunicación de Skoda Auto, Peik von Bestenbostel, daba por primera vez la bienvenida al nuevo Octavia, y Autofácil fue uno de los invitados.
El compacto sedán llega a su tercera generación y lo hace con un contrastado éxito de ventas a sus espaldas, ya que desde que saliera al mercado en 1996 –bajo la estructura del Grupo VAG– se han vendido en el mundo 3,7 millones de unidades, 400.000 del último modelo. Ahora, con su aterrizaje previsto para el mes de marzo en nuestro país, es el primer Skoda en utilizar la plataforma modular MQB y el cuarto del grupo tras el Audi A3, el VW Golf y el Seat León.
Gracias a ella, entre otros, ha conseguido rebajar su peso en 102 kg, así como mejorar su dinamismo, como aseguran desde la propia marca puesto que de momento sólo le vimos en parado, y aumentar su habitabilidad. El nuevo Octavia crece 9 cm de largo, 5 cm de ancho y 10 cm en su batalla, beneficio que recae principalmente en unas plazas traseras más amplias en el hueco para las piernas, tal y como confirmamos al subirnos por primera vez. El maletero, uno de los puntos cruciales de este modelo a lo largo de su historia, también ofrece un dato espectacular, aumentando su capacidad 30 litros, hasta los 590 -un Superb tiene 565-; pero que sí aún así parecen insuficientes, pueden ampliarse hasta 1.528 litros con la segunda fila abatida, permitiendo introducir objetos de 2,40 metros de largo.
Elegante y de calidad
El puesto de conducción también ha mejorado considerablemente, no tanto en posición y visibilidad como sí en apariencia y ajuste de los materiales. La consola central está presidida por una enorme pantalla táctil de 7 pulgadas, idéntica a la del Golf, y se dejan entrever los remates en madera o aluminio que suben la calidad y apariencia del conjunto, todo ello bien ensamblado y con materiales blandos. Un diseño elegante que se prolonga también hacia el exterior, en donde lo más llamativo es el nuevo frontal, con la renovada parrilla –al estilo Rapid– rodeada por unas ópticas cuadradas algo más pequeñas, que introducen la tecnología de iluminación diurna LED. Las antiniebla crecen en tamaño y están integradas en la rejilla inferior.
Desplazando la vista hacia la zaga se observa ese “estirón” antes comentado con una puerta trasera más grande que se conjuga con el voladizo trasero del maletero. El portón es ahora más voluminoso y los faros, que respetan el diseño precedente, son más son más amplios. El toque deportivo lo otorga un difusor trasero más visible y unas llantas de 18 pulgadas con cinco radios –disponibles hasta en medida 19-.
TSI, TDI y DSG
De momento, Skoda no adelanta de forma oficial motorizaciones aunque siguiendo la pauta del Grupo y la estela de su antecesor, es seguro que contará con al menos, dos propulsores de gasolina con inyección directa, el 1.4 TSI de 140 CV y el 1.8 TSI de 180 CV a los que se podrían unir, por qué no, el 1.2 TSI de 105 y el 1.4 TSI de 122, esté último quizá con el sistema de desconexión de cilindros «Cylinder on Demand«. Más adelante llegará el 2.0 TSI de 220 CV que hará resucitar a la versión RS, la cual, según Skoda, nos hará ver al Octavia más rápido de la historia.
En el apartado diésel, el único confirmado de momento es el del GreenLine, es decir, 1.6 TDI de 105 CV que gracias a los retoques aerodinámicos –ya de por sí cuenta con un Cx de 0,29– y mecánicos ofrece unos datos de récord: 89 gr/km de CO2 y 3,8 l/100 km con los que poder recorrer, teóricamente, 1.478 km. También es más que seguro que le acompañe los 2.0 TDI de 150 y 184 CV. Lo que sí es un hecho es que podrá asociarse a una transmisión manual de seis marchas o a la automática DSG de siete. Además, habrá una variante de gas natural, GNC, disponible para aquellos mercados donde se emplea dicho combustible.
Seguro, tecnológico y funcional
En materia de seguridad, tecnología y equipamiento, el Octavia también se adecúa a los nuevos tiempos. Así, esta tercera generación contará con múltiples asistentes como el cambio automático de luces de carretera, velocidad adaptativa con frenada de emergencia a baja velocidad, cambio involuntario de carril con intervención en el volante, detector de fatiga con alarma sonora o de aparcamiento. A todo ello, además, se le une el sistema de entretenimiento multimedia con la ya comentada pantalla de 7 pulgadas, equipo de sonido Canton con 10 altavoces y subwoofer, acceso y arranque sin llave o las ya características soluciones funcionales aglutinadas bajo el lema Simply Clever de Skoda que incluyen un raspador de hielo, soporte para el móvil, cubre-maletero con doble tapizado tela/goma o un hueco tras los asientos traseros para dejar la bandeja.
Los niveles de equipamiento y precio tampoco están disponibles pero es previsible que dado su aumento de calidad y de elementos sea un poco más caro que el actual, con una media de entre 2.000 y 3.000 euros, lo que haría que la gama de gasolina comenzará en aproximadamente 18.800 euros y la diésel en 20.500.