
A finales de año, Skoda iniciará la venta de su nueva mini-berlina; un modelo denominado Rapid -denominación que ya usó la marca para un coupé de finales de los años 80- que mide 4,48 m de largo, 1,7 m de ancho y que, en pocas palabras, la propia marca define como «berlina compacta con mucho espacio, diseño expresivo y una excelente relación valor/precio».
El coche en sí -que jugará un papel estratégico para esta firma… ya que se espera que la demanda de este tipo de vehículos se incremente en un 50% de aquí a 2020– tiene una clara imagen de Skoda, aunque su frontal es más actual y moderno que en otros modelos más veteranos de la marca e incluye la última evolución de su logotipo; además incluye soluciones muy prácticas habituales en otras berlinas de Skoda como el gran portón trasero. Dentro de la oferta de la firma checa, este modelo se emplaza entre los populares Skoda y Octavia, y su debut oficial se producirá con motivo del próximo Salón del Automóvil de Paris, en el mes de septiembre.
De momento no hay información técnica, pero se asegura que dispondrá de una amplísima gama de motores, con cinco de gasolina y dos diesel. Es probable que cuente con los eficientes 1.2 y 1.4 TSI de entre 85 y 140 CV en gasolina y el conocido 1.6 TDI de 90 ó 105 CV; según la mecánica se podrá elegir con cambio manual o automático. El precio de partida podría arrancar por debajo de los 14.000 euros… aunque los datos definitivos se darán a conocer más adelante.
¿Los rivales con los que se verá las caras el nuevo Skoda? Alguno ya es todo un veterano, como el Fiat Linea, mientras que otros llegarán casi al unísono con el coche checo: Seat Toledo, Peugeot 301 y Citroën ID.