El Skoda Superb 2.0 TDI 190 CV, a prueba

Enrique Espinós
Enrique Espinós

Skoda ha tardado 12 años en dotar de la versión campera Scout al Superb. El resultado es un coche con el que puedes realizar kilómetros sin descanso y salir del asfalto sin preocupaciones.


Skoda puso a la venta su primera versión Scout en 2007 sobre la base del Octavia. Y, a lo largo de los años, las ha ido extendiendo a otros modelos. Pero no ha sido hasta ahora, aprovechando el restyling del Superb, cuando ha llegado a su berlina de representación.

Nada más aterrizar en Viena –Austria–, según me acerco a los Superb, veo que la receta Scout no ha variado. En este coche se compone de una suspensión elevada 15 milímetros sobre el resto de la gama; molduras de color negro para darle un aspecto más robusto a la carrocería; y los retrovisores, el cerco de las ventanillas o las barras de techo en tono aluminio.

Skoda Superb Scout a prueba

Más allá de la estética, Skoda ha puesto a la venta este Scout con dos sólo dos propulsores, un 2.0 TSI de 272 CV y un 2.0 TDI de 190 CV; siempre unidos a la tracción total y a un cambio DSG de siete velocidades. Y, en esta ocasión, únicamente podremos conducir los Scout TDI.

Abro la puerta de uno y me acomodo en su sobrio interior; tan sólo se diferencia de los otros Superb por las molduras interiores –que asemejan madera– y por los logos Scout, presentes tanto en los citados embellecedores como en los asientos que, opcionalmente, pueden ir revestidos en cuero y Alcantara.

Pulso el botón de arranque y el Scout se despierta con un sonido bronco, pero atenuado por un buen trabajo de insonorización. Este bloque 2.0 TDI, ayudado por el siempre eficaz cambio DSG, entrega su par máximo ya a partir de 1.900 rmp, por lo que este Skoda responde con alegría a bajo y medio régimen, a la vez que se muestra silencioso y muy cómodo en autopistas y carreteras secundarias. Tampoco gasta en exceso porque, en recorridos mixtos, es fácil mantenerlo por debajo de los 6,5 L/100 km.

Toyota Superb

Tan pronto como llego a una zona de curvas, muevo la palanca del cambio hasta la posición S, selecciono la opción Sport entre los modos de conducción –el chasis adaptativo es opcional en esta versión– y piso decidido el pedal derecho. Con sorpresa, compruebo que este Scout, pese a sus casi 1.700 kg de peso, se muestra ágil y que, en giros lentos, su carrocería balancea bastante menos de lo previsto. Además, su dirección es precisa y los frenos responden con contundencia.

Por eso, y si a todo lo anterior sumamos un interior de calidad y unas plazas traseras que son la referencia en el mercado, me bajo de este este Scout sin dejar de preguntarme: existiendo coches así, ¿por qué la gente decide comprar un SUV?

Skoda Superb Skout: ahora con más seguridad

Skoda Superb Scout

Este Scout se beneficia del restyling del Superb. Así, además de lucir un frontal y zaga renovados –se estilizan los faros, los pilotos y los paragolpes–, puede contar con novedades tecnológicas.

La primera es un control predictivo de crucero, que usa la cámara del parabrisas y datos del sistema de navegación para detectar los límites de velocidad y la presencia de curvas. Otro elemento destacable es un sistema de frenada automática de emergencia que reacciona ante los peatones.

Además, a mediados de 2020, el Superb podrá contar con el sistema Emergency Assist: en caso de que el conductor no pueda mantener el control, el coche circulará automáticamente hacia el arcén y se detendrá allí.


 

Skoda Superb