El Subaru Impreza es, probablemente, el coche de rallyes más popular del mundo. Y eso es algo justificado, puesto que ha ganado tres campeonatos del mundo de constructores –1995, 1996 y 1997– y otros tres de pilotos: 1995 –Colin McRae–, 2001 –Richard Burns– y 2003 –Petter Solberg–. Además, Subaru comercializa una versión de calle de este coche de carreras desde 1992, cuando puso a la venta el Impreza GT Turbo, un modelo que se mantuvo vigente hasta el año 2000 y que fue reemplazado por una segunda generación –el Impreza WRX; siglas de World Rally Cross– de estas páginas.
En concreto, el WRX se presentó en agosto de 2000, comenzó a comercializarse en 2001 y empleaba una versión revisada de la plataforma del GT Turbo –que, según Subaru, aumentaba la rigidez torsional en un 120%–, así como el mismo motor EJ20T 2.0 bóxer turbo de cuatro cilindros y la caja de cambio de cinco marchas. La carrocería medía 4,40 metros de largo, 1,73 m de ancho y 1,44 m de alto y existió una variante familiar denominada SW.
SUBARU IMPREZA WRX TURBO (2001) PVP nuevo: 30.952€. |
► Es el Impreza más equilibrado, pero no el más ‘gordo’
Por encima del Impreza WRX está el STI, que emplea el mismo propulsor –pero con 265 CV– y sistema de tracción total y que se identifica por el característico alerón sobreelevado. Por debajo, Subaru comercializó en Europa dos variantes con motor 2.0 atmosférico de 125 y 160 CV, también con tracción 4×4.
► Menos auténtico que el GT Turbo, aunque más racional
Por otro lado, aunque el WRX de 2001 estaba basado en el antiguo GT Turbo, Subaru le aplicó algunas modificaciones en la suspensión para hacerlo un poco más confortable y menos exigente con el conductor, aunque ello conllevó un comportamiento menos radical y más subvirador.
Además, el WRX heredó el propulsor EJ20T del GT Turbo, pero Subaru se vio obligada a realizar algunas modificaciones restrictivas en el catalizador y en el colector de admisión para superar la normativa Euro3 de la época. Por ello, el WRX mantuvo los 218 CV de la última versión del GT Turbo y prácticamente el mismo par –292 Nm, sólo 2 Nm más que su predecesor–. El resultado final es que el WRX era igual de rápido que el GT Turbo, pero mostraba aún más retraso en la entrada del turbo y su respuesta resultaba más suave y menos impactante.
► Lo verás con distintas ‘caras’
El Impreza de segunda generación salió al mercado luciendo los característicos faros redondos que se ven en estas imágenes. No obstante, el coche sufrió dos restyling a lo largo de su vida comercial: en 2003 y a finales de 2005.
En el primero de ellos, se modificó el frontal por completo –aunque se conservó la característica toma de refrigeración para el intercooler en el capó– y recibió nuevos muelles y amortiguadores de suspensión para neutralizar parte de su naturaleza subviradora.
Además, gracias a una retocada gestión electrónica, un colector de escape y unas nuevas válvulas de admisión y escape, el motor 2.0 aumentó su potencia y par hasta los 224 CV y 300 Nm. Asimismo, el consumo de combustible se redujo de 10,2 a 9,2 l/100 km. En el restyling de 2005, el frontal volvió a variar, pero el principal cambio afectó a la mecánica, pues el propulsor 2.0 se sustituyó por un 2.5 de 230 CV –y 280 CV para el WRX STI– con cambio manual de seis marchas.
► Ni autopistas ni circuitos: ¡carreteras de curvas!
El Impreza WRX no es un modelo demasiado confortable, silencioso ni amplio –de hecho, su maletero cubica unos modestos 401 litros y sólo 356 l en la variante SW–. Por otra parte, la calidad de algunos de sus materiales del salpicadero es mejorable, pero son detalles que se le perdonan cuando te pones al volante, ya que se trata de un modelo concebido básicamente para proporcionar sensaciones de conducción deportivas.
Así, su motor empuja con mucho ímpetu desde 2.750 rpm, obteniendo una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 6,2 segundos –aunque es algo gastón, pues en la práctica es complicado bajar de 11 l/100 km–. Del mismo modo, a pesar de sus 1.470 kg de peso, ofrece un tacto de conducción muy deportivo a través de su firme pero absorbente suspensión y de su dirección, la cual resulta muy informativa, aunque poco directa –tiene tres vueltas de volante–. Por otro lado, la caja de cambios de desarrollos cortos dispone de muy buen tacto y los frenos, con pinzas monobloque en las cuatro ruedas, son potentes. Pero lo mejor del coche es la gran motricidad que aporta el sistema de tracción total a la salida de las curvas.
► Un equipamiento tan sólo de ‘aprobado’
De serie, el WRX incluía aire acondicionado, equipo de sonido, dirección asistida, 4 elevalunas eléctricos, cierre centralizado, frenos ABS, airbags frontales y laterales, asientos tipo baquet, volante Momo de cuero, pedales de alumino, llantas de 17″ e, incluso, techo solar en la versión con carrocería familiar. Eso sí, carecía de elementos importantes que no podían incorporarse ni siquiera de forma opcional: los airbags de cortina y el control de estabilidad.
Lo más complejo es lo más eficazEl sistema de tracción total del Impreza está compuesto por un diferencial central autoblocante mecánico de acoplamiento viscoso que es capaz de repartir la fuerza del motor entre ambos ejes a partes iguales. Además, en el tren trasero hay un diferencial de deslizamiento limitado. |
► ¿Dónde conseguir uno?
En su día, el Impreza WRX ofrecía una buena relación entre su precio y su capacidad de suministrar sensaciones deportivas, razón por la cual, en la actualidad, existen en torno a cuarenta ejemplares a la venta, aunque lo complicado es hallar alguno que se encuentre en su estado original –los más recomendables–.
Para localizarlos, puedes visitar páginas de compraventa de vehículos como https://cochesocasion.autofacil.es, así como clubes especializados como www.clubsubaru.es y www.subaruimpreza.es.
► Si tu presupuesto es algo limitado, hay solución
Y se llama SW. Las variantes con carrocería familiar están menos demandadas y, en el mercado de ocasión, cuestan en torno a un 30% menos, de manera que son una buena alternativa para aquellos a los que no les importe sacrificar el apartado estético. Eso sí, ofrecen una rigidez estructural ligeramente menor que la del WRX de cuatro puertas y, además, las leves diferencias en la suspensión y el hecho de que los ejes sean más estrechos –2 cm delante y 2,5 cm detrás– hacen que su comportamiento sea un poco más subvirador.
► No temas por la fiabilidad
Es frecuente encontrar algunos ejemplares de este modelo con kilometrajes elevados –que incluso se acerquen a los 200.000 km–, ya que se trata de un automóvil cuyo motor resulta bastante fiable. Por ello, un Impreza WRX con muchos kilómetros no tiene por qué ser una mala compra, aunque lo ideal es que la unidad elegida haya recorrido menos de 120.000 km, ya que el precio de los recambios de este vehículo suele ser bastante alto.
Precios estimados de venta en la actualidad |
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MODELO |
2001 |
2002 |
2003 |
2004 |
2005 |
Impreza WRX |
7.500€ |
8.200€ |
9.200€ |
9.900€ |
10.500€ |
REVISIONES |
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Subaru Impreza WRX (2001) |
15.000 km – 166€ |
30.000 km – 316€ |
MANTENIMIENTO* SUBARU IMPREZA WRX (2001) |
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Faro delantero |
599,33€ |
Bomba de agua |
110,23€ |
Piloto trasero |
310,51€ |
Pastillas de freno delanteras |
194,42€ |
Luna delantera |
1.960,79€ |
Discos de freno |
198,70€ |
Espejo retrovisor |
255,47€ |
Batería |
155,69€ |
Paragolpes trasero |
220,01€ |
Aleta delantera |
185,55€ |
Paragolpes delantero |
220,01€ |
Radiador |
311,98€ |