La investigación se está realizando en colaboración con el `Center for Pet Safety´ (Centro para la Seguridad Animal), en el mismo laboratorio de Virginia (Estados Unidos) donde se ponen a prueba sistemas de retención infantil. Para las pruebas se utilizan tres `dummys´con forma de perro: de las razas terrier, collie y golden retriever, en concreto, para comprobar lo que sucede en un choque con animales de distintos pesos.
Una de las primeras conclusiones ha sido que, con demasiada frecuencia, los arneses con los que los dueños sujetan a sus mascotas no son lo bastante resistentes, rompiéndose cuando son sometidos a la tensión propia de una colisión. El gran peligro de esta situación para los ocupantes es que el animal salga disparado e impacte contra el asiento delantero. Para agravarlo, según una encuesta de la AAA (Asociación Americana de Automovilistas), sólo un 16 % de los usuarios dueños de mascotas utilizan arneses.
En estos momentos, la investigación ha iniciado su segunda fase: la del `trineo acelerador´. Consiste en recrear un accidente lanzando un trineo a toda velocidad y frenándolo en seco.
El director comercial de Subaru America, David Sullivan, asegura que a la marca le gustaría ver cómo el organismo que vela por la seguridad de los vehículos en Estados Unidos, la NHTSA, comienza a preocuparse por el transporte de mascotas. En la mayoría de los países, no existe regulación que especifique qué requisitos deben cumplir los arneses, jaulas, etc. En España, el Reglamento de Circulación se limita a exigir la adecuada colocación de objetos y animales en el artículo 18.1. Así, se puede sancionar con 100 euros el transporte de un animal de forma que interfiera con la conducción; llevarlos sueltos puede considerarse conducción negligente –infracción grave de 200 euros-, de acuerdo al artículo 3.1.
