El Subaru WRX STI se despide de Europa

Subaru, desde su central europea ubicada en Alemania, ha confirmado que la producción del Subaru WRX STI se detiene en Europa a partir del verano de 2018.


Todos aquellos amantes de la automoción o fanáticos de Subaru en Europa que quieran guardar en su garaje un Subaru WRX STI deben darse prisa, ya que según las últimas informaciones venidas desde la central europea de la marca en Alemania, la producción del Subaru WRX STI se detendrá en Europa a partir del verano de 2018, suponiendo el adiós definitivo de uno de los deportivos compactos más míticos de nuestro tiempo después de 17 años de actividad en el Viejo Continente.

Aunque Subaru no ha querido dar mucho detalle sobre esta decisión, lo cierto es que la guerra de muchos países de Europa contra los combustibles tradicionales y las estrictas regulaciones que se están aplicando en muchos casos, están forzando a los fabricantes a renunciar a algunos de sus modelos más icónicos y deportivos. Es el caso del Subaru WRX STI, que con su motor gasolina bóxer de 300 CV parece no tener sitio en Europa.

«El WRX STI tiene una larga historia de éxitos en competición y disfruta de una pequeña pero leal legión de fans. Los continuos endurecimientos de las regulaciones de emisiones en Europa hacen que las condiciones para este atleta clásico sean más difíciles, y ese es el motivo por el que el fabricante ha decidido detener la producción», explica Christian Amenda, de Subaru Alemania, en declaraciones recogidas por TopGear.

Cabe recordar que Subaru presentó el nuevo WRX STI 2018 hace tan solo un par de meses en el Salón del Automóvil de Frankfurt 2017. La nueva versión destaca por novedades estéticas que pasan por unas líneas más agresivas y afiladas, así como un habitaculo más confortable y tecnológico. El precio del modelo parte de los 46.900 euros.

Por el momento, Subaru tampoco ha informado sobre los planes de futuro para hacer posible que el Subaru WRX STI vuelva Europa, pero según diversos medios la próxima generación podría equipar una motorización híbrida que abriría la puerta al regreso al Viejo Continente. Así, en lugar de un único motor gasolina bóxer, el vehículo montaría también un propulsor eléctrico en la parte trasera, lo que le permitiría incluso aumentar sus prestaciones.

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