Aunque estructuralmente es idéntico al Suzuki Jimny que conocíamos hasta ahora y que estaba homologado como “Turismo todoterreno”, el Suzuki Jimny Pro es, administrativamente, un “Furgón/furgoneta todoterreno con masa máxima autorizada igual o inferior a 3.500 kilos”, lo que le sitúa entre los vehículos industriales de categoría N1, destinados al transporte de mercancías.
Para comprobarlo, basta con recurrir a la Tarjeta de ITV, que es, como si dijéramos, “el DNI” de nuestro coche. En el campo ‘CL’ o “Clasificación del vehículo”, encontraremos un código de cuatro dígitos. Los dos primeros definen el vehículo por lo que se denomina “criterios de construcción”, mientras los dos siguientes lo definen en función de los “criterios de utilización”.
Así, si tenemos un nuevo Suzuki Jimny de los primeros, con sus cuatro plazas, veremos que en el campo CL aparece el número ‘1033’, en el que el ‘10’ corresponde a la categoría de “turismo” (criterio de construcción) y ‘33’ a “todoterreno” (criterio de utilización). Por su parte, en el nuevo Suzuki Jimny Pro comprobamos que en la Tarjeta ITV aparece clasificado como ‘2433’, donde el ‘24’ se corresponde con “furgón o furgoneta de masa máxima admisible igual o inferior a 3.500 kilos”, mientras que ‘33’ ya hemos visto que se traduce como “todoterreno”.
La comprobación final de que lo que conducimos no es un turismo de uso particular la tenemos en el campo ‘J’ de esa misma Tarjeta ITV, campo que se refiere a la “categoría del vehículo”, donde nuestro Suzuki Jimny Pro aparece como ‘N1G’. Un N1 es un “vehículo automotor que tenga, por lo menos, cuatro ruedas, y que sea utilizado para transporte de carga con un peso máximo que no exceda los tres mil quinientos kilogramos”, mientras que la subcategoría ‘G’ designa a los vehículos “todoterreno”.
Ventajas e inconvenientes del Suzuki Jimny Pro
Una vez comprobado que nuestro Suzuki Jimny Pro es un N1, vamos a ver qué es lo que implica de cara tanto a su adquisición como a su uso.
- Los N1 están exentos de abonar el Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte (más conocido como “impuesto de matriculación”), que en el caso del Jimny, con 173 gramos de CO2 por kilómetro, sería del 4,75 % hasta finales de año, mientras que a partir de 2022 subiría al 9,75 %.
- El propietario ha de ser autónomo o empresa, y el vehículo debe estar sujeto a una actividad económica en, al menos, un 50%. De lo contrario sí habrá que pagar el impuesto de matriculación, cuya exención está en realidad vinculada a la posesión de una Tarjeta de Transporte.
- Otra ventaja es que parte del IVA (cuyo tipo es del 21 %) puede deducirse. Lo típico en la mayoría de actividades es desgravar el 50 %, pero si puedes justificar que el uso del Jimny es totalmente profesional, la desgravación puede ser del 100 %.
- Para terminar con la parte de las ventajas, el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (conocido como “impuesto de circulación” o más coloquialmente como “el numerito”) que cobra anualmente el ayuntamiento de la localidad en la que está matriculado el vehículo suele ser más barato que el de un turismo equivalente.
- En cuanto a los inconvenientes con los que hay que lidiar por conducir un N1, la velocidad máxima es inferior en autopistas y autovías: 90 km/h en vez de 120 km/h.
- Del mismo modo, cuando circulemos por vías interurbanas convencionales, deberemos limitar nuestra velocidad a 80 km/h en lugar de 90 km/h.
- Por otra parte, los plazos para pasar la Inspección Técnica de Vehículos se reducen a la mitad. Las tres primeras ITV se pasan cada dos años, las cuatro siguientes son anuales, y a partir de entonces, cuando el Jimny Pro haya cumplido 10 años, las ITVs serán semestrales.