«Construir, mantener y explotar las carreteras no es algo gratuito. La decisión que tienen que tomar los políticos es si el coste lo pagan todos los ciudadanos o sólo aquéllos que las utilizan. Y la pista es que va por ahí. El problema estará en cuánto, cómo y para qué se paga», ha señalado. Sobre la finalidad de estos fondos, Fernández ha sido tajante: «el dinero recaudado debería garantizar el buen estado de todas las carreteras, de lo contrario no tendría lógica».
De esta forma, va tomando cuerpo algo que ya propuso a principios de año la Asociación Española de la Carretera, pero que hasta ahora no habíamos oído desde dentro de la propia DGT. Pero, ¿qué sistema se implantará? Fernández apuesta claramente por el peaje, poniendo como ejemplo otros países europeos como Portugal: «Las carreteras son siempre propiedad de las administraciones, pero una de las herramientas para financiar su construcción ha sido el peaje». «Ahora en muchos países se ha pasado a pagar por utilizarlas no sólo por temas puramente de financiación sino también como una herramienta para gestionar la movilidad», ha apostillado.
Después de estas declaraciones se puede reflexionar y dejar en el aire varias preguntas sin respuesta: ¿Disfrutarán de una rebaja en sus impuestos aquellas personas que no disfruten de las carreteras? ¿Se les devolverá a los conductores la parte proporcional de sus impuestos cuando no las utilicen? ¿Seremos indemnizados por la Administración cuando suframos un accidente por el mal estado de la vía? Presumiblemente, la respuesta sea ‘no’ en todos los casos, así que a la postre, las personas que no conduzcan tendrán que pagar impuestos para mantener las carreteras, y los que sí lo hagamos tendremos que pagar dos veces: en forma de impuestos y en peajes.
