
De esta manera, la máxima competición del automovilismo se queda huérfana de grandes empresas japonesas después de la salida de Honda (reconvertida en Brawn GP), Bridgestone y Toyota. Algo parecido ocurrió la pasada temporada en el Mundial de Rallies, que ha vivido un año atípico sin Suzuki ni Subaru.
Ocho años, ninguna victoria
Sin duda también ha movido a la marca japonesa los malos resultados cosechados por la escudería. Toyota entró en la Fórmula 1 en el año 2002 y en estas ocho temporadas no ha conseguido ganar ninguna carrera. A pesar de los malos resultados, el equipo nipón firmó hace unos meses el famoso Pacto de la Concordia, con el que se comprometía a mantenerse en el Gran Circo hasta 2012. Sin embargo, la situación financiera ha dado al traste con estos planes.
Con esta salida se abren las puertas para Sauber, que después de la salida de BMW y la llegada de tres nuevos equipos, se había quedado fuera de la parrilla para el próximo año. De esta forma, Peter Sauber podría hacer con Toyota lo mismo que hizo Ross Brawn con Honda: comprar el equipo por un precio simbólico y continuar su andadura con otro suministrador de motores. Seguro que en las próximas semanas hay noticias al respecto.