En el interior encontramos unos materiales de calidad que tan sólo admiten un reproche, eso sí, en uso extremo: el desajuste del salpicadero. Habitabilidad y confort son dos puntos a destacar.
La transmisión, permanente a las cuatro ruedas, tiene su punto débil en el diferencial delantero, que suele dar problemas en competición.
Desde el punto de vista de la tracción, siempre interesa adquirir vehículos provistos de bloqueo de diferencial trasero, como es el caso.
El eje rígido posterior es muy robusto y está muy bien guiado por sus cinco brazos.
Lo peor es la situación de los amortiguadores; al estar por delante del eje, sufren impactos de las proyecciones (piedras u otros elementos) del tren delantero.
Las suspensiones delanteras ofrecen un buen equilibrio con la trasera gracias a la presencia de muelles en ambos ejes.
El triángulo inferior y la parte superior de la torreta que sujeta el conjunto formado por el muelle y el amortiguador deben reforzarse para usos extremos con suspensiones mejoradas.
Un punto que sufre más de la cuenta es la dirección (de tipo cremallera); suele doblegarse a los excesos y sus silentblocks ceden antes de lo esperado.
Especial atención merecen los silentblocks de la estabilizadora, que normalmente se desgastan o deterioran con rapidez.
En cuanto al sistema de frenos, muy bien; sus cuatro discos trabajan con eficacia y es difícil fatigarlos.
El motor ronda los 130 CV y es normal que supere el par anunciado. La posición del radiador, que descuelga mucho, requiere cierta atención y nunca está de más una protección.
Por último, la culata se resiente con los kilómetros y, con el motor en marcha, lo primero que destaca es su elevada autonomía: sus 90 litros son un perfecto aliado para su razonable consumo. Por cierto, el depósito resulta muy vulnerable en todoterreno extremo.
Sus reacciones son nobles gracias a su tracción permanente a las cuatro ruedas y a su logrado equilibrio de masas. Fácil de conducir, se desenvuelve correctamente en el tráfico urbano, se mueve con soltura por autopistas y admite sin complejos rodar ligero por carreteras rizadas.
Si podemos elegir, mejor las unidades provistas con inyección electrónica, cuyo consumo es más ajustado.
El grado de exigencia que una parte de los usuarios tiene con este vehículo es muy superior al que se ejerce sobre otros todoterreno.
Esta situación origina un mayor índice de averías en el Land Cruiser, que se multiplicarían si se tratase de otro 4×4. La gran fiabilidad y robustez del 90 frente a la competencia hace que sea el punto de mira de muchos aficionados que buscan una base sólida para dejar volar su imaginación y prepararse la «máquina total».
A este vehículo también se apuntan los que necesitan realizar un elevado kilometraje sin problemas.
El resultado es una fuerte demanda en el mercado de V.O. que reduce la oferta y eleva los precios, pero el producto lo vale y, si queremos uno de estos modelos, habrá que pagarlo.
Por dentro y por fuera
Mejoras TT/Buen punto de partida
Dotado de una buena robustez y eficacia, este vehículo puede responder a lo que se busca tanto para raids como para todoterreno extremo. Si sólo se quiere para excursiones camperas, basta con proteger el eje delantero y la tránsfer y elevar un poco la suspensión.
Tres o cuatro centímetros por eje y unos amortiguadores algo más enérgicos que los de serie será suficiente.
Por último, unas gomas 245/75 R16 ó 7,50 R16... y a trotar. Ahora bien, si quieres más, el 90 te ofrece un buen chasis, una adecuada configuración de suspensiones y un motor con un nivel de par y potencia muy interesantes. Los buenos fundamentos están.
Pese al trote que pueden absorber el chasis y las suspensiones, el salpicadero se mantiene entero y en su sitio. Sólo habrá que estar pendiente de apretar algún tornillo que se afloje.
Como corresponde a un verdadero todoterreno, las reductoras cumplen sus cometidos con unos desarrollos muy apropiados para el campo, al igual que los bloqueos de diferencial central y trasero.
La capacidad del maletero permite viajar sin problemas a cuatro personas con todo su equipaje. Si somos hábiles, nos servirá incluso para travesías.
El altímetro y el inclinómetro son característicos de los Toyota Land Cruiser.
Los plásticos y los tejidos de los asientos se muestran bastante resistentes al paso del tiempo.
Los recorridos de suspensión y el par del motor garantizan una óptima tracción.
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Cómo va
El radiador descuelga por debajo del chasis y conviene protegerlo.
Los silentblocks de la estabillizadora son muy débiles y la caja de la dirección se avería más de lo deseable.
La transmisión dispone de doble cruceta a la salida de la tránsfer para absorber los ángulos de trabajo de la barra.
Lo peor de la suspensión trasera es la posición del amortiguador, por delante del eje y expuesto a todo tipo de golpes.
El extraordinario propulsor de este vehículo es una de sus principales bazas.
El ángulo de salida es lo peor del vehículo, debido a lo expuesto del escape y del depósito.
Los paragolpes pintados, como en todas las marcas, son sensibles al mínimo impacto.
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Ficha técnica
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Por fuera
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