Parece cogido con pinzas esto de que un coche como el Toyota Land Cruiser lleve etiqueta ECO, pero es real. A fin de cuentas, se trata de un todo terreno, políticamente incorrecto, con motor diésel, focalizado en el disfrute al volante fuera del asfalto.
Bueno, pues el caso es que Toyota le ha incorporado un sistema de hibridación ligera con el objetivo de que pueda portar distintivos medioambientales favorables, que en el caso de España, es el ECO.
Se compone de un motor eléctrico de 16 CV y de una batería de 0,21 kWh de capacidad que se integran en una red eléctrica de 48V. No cambia la potencia, que se mantiene en 204 CV, al igual que el par motor, de 500 Nm.
Sí sirve para reducir sensiblemente el consumo de gasóleo homologado, que pasa de 10,5 a 10,2 L/100 km. La caja de cambio es la misma automática de convertidor de par y ocho relaciones, con reductora y bloqueos.
El Toyota Land Cruiser mide 4,92 metros de largo, 1,98 metros de ancho y 1,87 metros de alto con un maletero que cubica 556 litros de capacidad en configuración de cinco plazas y 130 litros de espacio si están las siete plazas en uso.
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