El Toyota Proace Verso es, como hemos podido probar recientemente en nuestra prueba, una idónea herramienta para viajar. Sobre todo si lo que quieres es hacerlo con muchas personas a bordo y con su correspondiente equipaje.
Ahora bien, costando 42.850 euros y habiendo la opción de pagar 5.000 euros más por tener 33 CV más de potencia y cambio automático, se nos plantea la disyuntiva de cuál de las dos versiones merece más la pena.
Probamos la Toyota Proace Verso diésel: por qué esto es una maravilla para viajar
Sobre el papel, una Toyota Proace Verso no es un tipo de automóvil en el que la potencia sea un asunto capital, lo que hace inclinarse hacia que la versión pequeña es la más recomendable.

Pero claro, si miramos las fichas técnicas, pasar de 144 a 177 CV y de 340 Nm a 400 Nm supone disponer de una aceleración mucho mejor, reduciéndose en el segundo caso de 10,6 a 9,1 segundos, gracias en parte a la mayor rapidez de la transmisión automática de ocho relaciones.
Y luego está el asunto del consumo, que en realidad no tiene relevancia alguna porque el dato homologado es casi clavado (7,5 frente a 7,4 L/100 km), lo que hace pensar que en la práctica no habrá diferencias apreciables.
Entonces, ¿cuál es la Toyota Proace Verso que interesa? Claramente la mejor es la cara, la que anuncia 177 CV de potencia y dispone de un cambio automático que, además, en base a nuestra experiencia funciona bastante bien.

Pero claro, yo no puedo evitar pensar que, siendo el motor el mismo 2.0 turbodiésel de cuatro cilindros, una reprogramación electrónica de la versión más modesta puede subir la potencia al nivel de la variante de 177 CV. Y eso cuesta unos 500 euros aproximadamente.
De modo que el principal atractivo de la Toyota Proace Verso más costosa se halla en la comodidad que aporta la transmisión automática, que ciertamente, viajando con carga estoy seguro de que se agradece.
Así que si a mí me dieran a elegir, yo me quedaría con la Toyota Proace Verso de 144 CV y cambio manual más 5.000 euros en mi bolsillo. Luego ya vería si recurro a algún centro especializado que me subiese la potencia a 177 CV o similar.

Sin embargo, si yo tengo que recomendar una versión de la Toyota Proace Verso a un público objetivo, como una familia numerosa, creo que lo lógico sería aconsejarles que se comprasen la versión de 177 CV pero no por la potencia, sino por lo que aporta el cambio automático.
Al final, se trata de un vehículo de más de dos toneladas en vacío, que si lo cargas de personas y equipaje, te vas a dos toneladas y media fácil. De modo que en muchas circunstancias habrá que recurrir al cambio para mantener un ritmo digno, y eso con la caja automática EAT8 de la Proace Verso, pues es infinitamente más cómodo.
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