Los radares son una de las mejores herramientas para controlar los excesos de velocidad. Sin embargo, su dudosa colocación en algunos tramos también los han convertido en los principales enemigos de los conductores. Por eso mismo, la ‘picaresca’ de algunos de ellos les ha llevado a crear soluciones para evitarlos tan curiosas como la que te traemos a continuación. Muy de moda en Italia, se trata de unas pegatinas que, a priori, no cambian la matrícula del vehículo, pero sí impiden que los radares funcionen correctamente.
Como se puede ver en el vídeo publicado en Instagram, una vez colocadas las pegatinas, no se aprecia cambio alguno. Sin embargo, cuando el usuario hace una foto a la matrícula, ésta no se puede leer, dado que hay algunos caracteres que se tapan por el propio flash de la cámara del teléfono móvil. El truco está en que estas pegatinas cuentan con una cara reflectante que reacciona a la luz, evitando que se pueda leer la matrícula.
Un truco eficaz para evitar los radares… pero muy caro si te pillan
La gran mayoría de radares que pueblan nuestras carreteras se sirven de un flash convencional para proporcionar la luz necesaria para ‘cazar’ la matrícula con precisión y nitidez. Por eso mismo, el uso de estas pegatinas evitaría que los cinemómetros en cuestión pudieran leer las matrículas y poner la correspondiente multa. Los diferentes organismos de tráfico europeos no son ajenos a estos trucos de los conductores y por eso mismo, los radares más modernos ya cuentan con cámaras infrarrojas que no requieren de flashes. En estos casos, con o sin pegatina, el conductor no se librará de la multa por exceso de velocidad.
En nuestro país, tal y como recoge el artículo 10 de la Ley de Tráfico, “el conductor debe asegurarse que la matrícula no presente obstáculos o impidan o dificulten su lectura e identificación”. De hecho, si nos paran por tener la matrícula sucia, la multa asciende a 200 euros, misma cuantía aplicada a aquellos que circulan sin ella.
Pero, en el caso de uso de pegatinas para evitar los radares, la sanción es notablemente superior, dado que se considera una manipulación de la matrícula. En España, esta práctica se sanciona con hasta 6.000 euros y la detracción de seis puntos en el carnet de conducir. En cualquier caso, se trata de un truco que no tiene porqué funcionar de forma efectiva, si tenemos en cuenta los radares más modernos, y que además conlleva el riesgo de tener que hacer frente a una sanción altísima.
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