Trump frena el impulso de los coches eléctricos en Estados Unidos

Trump frena el impulso de los coches eléctricos en Estados Unidos

Donald Trump arranca su mandato pisando el freno a los coches eléctricos: adiós a las ayudas, a los puntos de recarga y al Acuerdo de París. ¿El futuro? Más incierto que nunca.

Donald Trump ha regresado a la Casa Blanca y no ha perdido el tiempo. Apenas 24 horas después de su investidura, ha firmado su primera orden ejecutiva, un golpe directo contra la electrificación del automóvil en Estados Unidos.

Trump frena el impulso de los coches eléctricos en Estados Unidos

Sin incentivos para la compra de coches eléctricos, sin más inversión en infraestructura de recarga y con la salida del Acuerdo de París, la política de movilidad de su predecesor, Joe Biden, ha quedado desmantelada.

Trump desmonta la apuesta de Biden por los coches eléctricos

Joe Biden había apostado fuerte por la transición hacia el coche eléctrico. Su objetivo era que, para 2030, el 50% de las ventas de automóviles en Estados Unidos fueran de modelos sin emisiones. Aunque este propósito no era vinculante, muchos fabricantes ya habían adaptado su estrategia para alinearse con esta visión.

Sin embargo, con el regreso de Trump al poder, la situación ha cambiado radicalmente. El presidente ha dejado claro que no permitirá que el gobierno imponga un único camino para el futuro del automóvil.

Según sus declaraciones, los conductores deben ser libres de elegir entre motores de combustión, híbridos o eléctricos sin que la administración federal interfiera en su decisión.

Trump frena el impulso de los coches eléctricos en Estados Unidos

Este cambio de rumbo ya ha tenido sus primeras consecuencias en la industria. Chrysler, parte del grupo Stellantis, ha anunciado que paraliza el desarrollo de su primer coche eléctrico, reflejando la incertidumbre que genera la nueva administración.

Adiós a las ayudas y a los puntos de recarga

Uno de los pilares de la política de Biden para fomentar el coche eléctrico era el programa de incentivos a la compra. Hasta ahora, los compradores de vehículos eléctricos podían beneficiarse de una subvención de 7.500 dólares (más de 7.200 euros) para facilitar la transición a esta tecnología.

Trump ha eliminado esta ayuda, argumentando que distorsiona el mercado y favorece injustamente a una parte de la industria. En su opinión, las marcas deben competir en igualdad de condiciones sin subsidios que beneficien sólo a determinados tipos de vehículos.

Pero el golpe más duro para la expansión del coche eléctrico no es sólo la supresión de ayudas, sino también la paralización del despliegue de infraestructuras de carga.

Trump frena el impulso de los coches eléctricos en Estados Unidos

Durante su mandato, Biden había aprobado una inversión de 7,5 billones de dólares para instalar medio millón de nuevos puntos de recarga en todo el país. Con la orden ejecutiva de Trump, este plan queda suspendido, lo que pone en peligro el desarrollo de la electromovilidad en EE.UU.

Esta decisión afectará especialmente a los estados y ciudades que apostaban por la electrificación y que ahora se enfrentarán a un freno en el desarrollo de una red de carga suficiente para soportar un parque automovilístico sin emisiones.

Trump vuelve a sacar a EE.UU. del Acuerdo de París

El rechazo de Trump al coche eléctrico no es un hecho aislado. Forma parte de una estrategia más amplia que incluye la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, el tratado internacional destinado a combatir el cambio climático.

No es la primera vez que Trump toma esta decisión. Ya lo hizo en 2020, tras anunciarlo en 2017. Ahora, ha repetido el movimiento, firmando en directo la carta que notifica a Naciones Unidas la retirada del país de este pacto.

El Acuerdo de París fue firmado en 2015 por casi 200 países con el objetivo de limitar el calentamiento global por debajo de los dos grados centígrados. Estados Unidos, como uno de los mayores emisores de CO₂, tenía un papel clave en este compromiso. Sin embargo, Trump considera que estas medidas perjudican a la economía y limitan la industria estadounidense.

¿Cómo afectará esta decisión a la industria del automóvil?

El giro en la política automovilística de Trump tendrá un impacto directo en fabricantes, consumidores y en el futuro del coche eléctrico en EE.UU.:

– Marcas en alerta: empresas como Tesla, Ford o General Motors, que habían apostado fuertemente por la electrificación, podrían ver frenadas sus inversiones ante la falta de incentivos y apoyo gubernamental.

– Combustibles fósiles en alza: con la desaparición de los subsidios y la incertidumbre sobre la infraestructura de carga, muchos consumidores podrían volver a optar por vehículos de combustión interna, favoreciendo a la industria petrolera.

– Competencia global: mientras EE.UU. frena la electrificación, Europa y China siguen avanzando en normativas más estrictas y apoyo a los coches eléctricos. Esto podría hacer que los fabricantes estadounidenses pierdan competitividad en mercados internacionales.

Un futuro incierto para la electrificación en EE.UU.

Con esta primera orden ejecutiva, Trump ha dejado claro que su gobierno no seguirá el camino de la electrificación impuesto por su predecesor.

Trump frena el impulso de los coches eléctricos en Estados Unidos

Sin ayudas, sin infraestructura y con el regreso a una política más favorable a los combustibles fósiles, el futuro del coche eléctrico en Estados Unidos es incierto.

Mientras tanto, el resto del mundo sigue avanzando en la transición energética. La gran incógnita es si la industria estadounidense podrá mantenerse en la carrera de la electrificación o si este cambio de rumbo supondrá un freno al desarrollo del coche eléctrico a nivel global.

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