Cuando alguien va a adquirir un coche de segunda mano, hay dos aspectos que mira siempre en primer lugar: la edad que tiene el coche y los kilómetros que ha recorrido. Son, sin duda, los dos aspectos objetivos que mejor nos pueden orientar sobre su precio… y sobre si son o no una buena compra.
Yo tengo un amigo íntimo que prefiere permanecer en el anonimato y que se dedica a la compra y venta de coches usados. Y, en la mayoría de los casos, esos coches provienen de subastas, contratos de renting finalizados… Por eso mismo, y aunque en su empresa llevan tres décadas en el negocio, él siempre tiene un dicho: “Cuando alguien me pregunta por los kilómetros, le digo lo que marca el cuentakilómetros, pero cuando se trata de algún conocido muchas veces hago la misma ‘broma’: ¿Kilómetros? Los tiene todos. Y, probablemente, alguno más…”.
Después de la broma, él mismo aclara que “salvo que sepas muy bien cuál es la procedencia del coche, a veces es complicado saber si los kilómetros son reales o no. Nosotros nos fijamos en otras cosas: desgastes, estado de la mecánica, carrocería… Los miramos sin tener en cuenta el kilometraje, y sustituimos todo lo que haga falta o reparamos lo que sea necesario”.

Un ‘deporte’ de riesgo, sin duda, aunque cómo él mismo nos comenta “al final, son muchos años en esto, y ya es difícil que nos la cuelen. Además, si descubres que te han engañado una vez, ya sabes con quién nos vas a volver negocios…”.
Entonces, ¿de qué nos fiamos?
Viendo que los kilómetros pueden no ser el dato real, nuestra fuente nos comenta que lo importante es el estado general del coche y cómo haya sido el mantenimiento. “Es que además lo de los kilómetros es relativo. No es lo mismo 150.000 kilómetros en un coche que solo ha hecho autopista, que 150.000 kilómetros en un coche que sólo ha estado en ciudad. Lo normal, salvo que el coche sea un desastre, es que los 150.000 kilómetros en ciudad hayan sido mucho más duros que los 150.000 kilómetros en autopista”.
Esto me hace recordar un reportaje que sacamos una vez de un señor que había hecho más de un millón de kilómetros con un Mercedes Clase E, y gran parte de la mecánica era la de origen. El coche era un taxi de largo recorrido. “Es lógico. Ten en cuenta que un coche como un Mercedes Clase E, por autopista a 120 km/h no sufre absolutamente nada. Un trayecto así de 500 kilómetros, por ejemplo, le va a suponer el mismo esfuerzo a lo mejor que 20 kilómetros en ciudad. A partir de ahí, multiplica…”.
¿Cuál es entonces el límite de kilometraje de un coche para adquirirlo de segunda mano? “No se sabe, pero sí te digo que un coche con más de 200.000 kilómetros pero hechos en su mayoría por autopista y con un mantenimiento adecuado, tiene cuerda para rato. Si se han cambiado las cosas cuando tocaba y la utilización ha sido normal, un motor puede estar a mitad de vida sin ningún problema, siempre que se siga haciendo un correcto mantenimiento”.
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