¿Qué valorar antes elegir un SUV con motor diésel o gasolina?

Los SUV están de moda. Y el diésel, en cambio, está cayendo en picado a favor de la gasolina. Sin embargo, si vas a adquirir un SUV, es muy probable que te interese apostar por hacerlo con motor diésel. Aquí vamos a analizar todos los aspectos que debes tener en cuenta antes de adquirir tu […]


Los SUV están de moda. Y el diésel, en cambio, está cayendo en picado a favor de la gasolina. Sin embargo, si vas a adquirir un SUV, es muy probable que te interese apostar por hacerlo con motor diésel. Aquí vamos a analizar todos los aspectos que debes tener en cuenta antes de adquirir tu próximo SUV con un tipo de motor o con otro.

1.- Coste del carburante

La amenaza del Gobierno de aplicar un mayor impuesto al diésel para encarecerlo sigue ahí pero, a día de hoy, la gasolina continúa siendo entre 6 y 9 céntimos de euro más cara por litro. Sin embargo, nadie puede asegurar qué ocurrirá en unos meses. Lo lógico sería que, a medio plazo, ambos carburantes igualasen sus precios.

2.- Restricciones de tráfico y limitaciones por contaminación

Es, probablemente, el punto que más confunde a la gente. Sin embargo, es muy sencillo: todos los gasolina y diésel nuevos, que no tengan ningún tipo de hibridación ni nada parecido, están catalogados con la etiqueta C según la DGT. Eso significa que los diésel y los gasolina se ven sometidos a las mismas restricciones de tráfico. Y, por su puesto, esto es algo que sólo afecta a las ciudades de Madrid -que no al resto de la Comunidad- y Barcelona -que no a toda la provincia y, menos aún, al resto de Cataluña-.

3.- Kilometraje y tipo de trayecto

Es la gran clave para optar por un tipo de motor u otro. Primero, porque comprarse un diésel para hace menos de 5.000 km al año no tiene sentido; y segundo porque, si la utilización va a ser eminentemente urbana, adquirir un diésel significa aumentar considerablemente el riesgo de sufrir caras averías, sobre todo por el filtro de partículas, cuyo coste ronda los 1.800 euros de media. En líneas generales, un gasolina interesa más cuantos menos kilómetros se recorran, más cortos sean los trayectos y más se realicen por ciudad; mientras, el diésel es mejor cuantos más kilómetros se recorran y esto se haga, principalmente, en trayectos por carretera o de al menos 20-25 km.

5.- Tamaño y capacidad de carga

Cuanto mayor sea el coche, más pesado va a ser. A eso hay que añadir el hecho de que la aerodinámica no es precisamente el punto fuerte de los SUV, algo que afecta negativamente al consumo a partir de 90 km/h. Por último, si queremos un SUV para llevar a la familia y su correspondiente equipaje, estaremos añadiendo aún más kilos. Por tanto, a mayor peso y posibilidades de carga, más interesa un diésel.

6.- Potencia y respuesta

Todos los propulsores diésel que se venden en la actualidad están sobrealimentados por un turbo. Además, los diésel trabajan a pocas vueltas, y por eso es raro ver motores que entreguen su potencia máxima por encima de 4.000 rpm. En cambio, entre 1.500 y 2.500 rpm se muestran especialmente contundentes, y eso los convierte en propulsores muy agradables de conducir, pues tienen una respuesta intensa desde el inicio y no es necesario jugar mucho con el cambio para obtener una buena respuesta. Frente a un gasolina de similar potencia, lo normal es que un diésel se muestre más contundente, voluntarioso y sencillo de conducir.

7.- Precio

Ya no es un factor determinante. Es cierto que los diésel son, a priori, más caros. Sin embargo, la caída de sus ventas está obligando a las marcas a vender los diésel casi a precio de gasolina, cuando no a un precio incluso más bajo.

8.- Tracción

Es otro de los aspectos que influye negativamente en el consumo, y la diferencia es proporcionalmente mayor en un vehículo con motores de gasolina que en uno diésel.

9.- ¿Vas a remolcar?

De nuevo, el mayor par de un motor diésel y su intensidad en la respuesta a bajo régimen le convierte en una mejor opción a la hora de remolcar algo. Además, hay que tener en cuenta que el consumo aumenta mucho al remolcar, y que la diferencia es bastanta más notable en un motor de gasolina.

10.- En campo

Al hilo de lo anterior, los diésel son más fáciles de utilizar también en campo debido, precisamente, a su mayor contundencia a bajo y medio régimen.

11.- En el taller

En este punto, el gasolina toma una pequeña ventaja. Por coste de mantenimiento no hay tanta diferencia: el aceite del diésel es ligeramente más caro, y si tenemos depósito de AdBlue, habrá que recargarlo, pero esto en total no debería suponer más de unos 50 euros. Sin embargo, sí puede haberla en caso de avería, pues el filtro de partículas y el sistema de inyección del diésel es mucho más caro; el filtro ronda de media los 1.800 euros, mientras que cada inyector se sitúa en 700-800 euros, cuando los de un gasolina se mueven entre 200 y 300 euros.

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