Así se desprende de un prototipo camuflado, de una petición en junio a la FCC y de una «ampliación del plazo» para no publicar información confidencial que Tesla ha hecho a la FCC y que caduca a mediados de enero.
En verano del año pasado, Tesla anunciaba que iba a dejar de montar el radar que empleaba en sus coches para las funciones de control de crucero adaptativo y frenada de emergencia. Según Elon Musk, ese sensor «perjudicaba la relación señal/ruido» del sistema global. Eso quiere decir que, en la mayoría de las circunstancias, el radar aportaba información irrelevante a la obtenida por las cámaras, o incluso errónea.
En aquel momento, Tesla informó de que apostaban por los que ellos denominan Tesla-Vision: un sistema de conducción asistida (o incluso autónoma) basado estrictamente en el empleo de cámaras (un tesla Model 3 cuenta con nada menos que siete).
No obstante, en junio de este año Tesla registró una petición con la FCC para poder vender coches dotados de un nuevo radar de alta resolución. En la foto inferior puedes encontrar una muestra del esquema que adjuntaron. Al tratarse de un dispositivo de emisión de radio que hace uso de bandas reservadas, la comercialización de un coche dotado de este dispositivo requiere una autorización previa de la citada FCC; la Comisión Federal de las Comunicaciones de Estados Unidos.
El hecho de solicitar una autorización de comercialización sería una pista un poco endeble de cara a suponer cuales iban a ser los siguientes pasos de Tesla. Sin embargo, hace una semana, la marca americana dirigía una comunicación a la FCC (imagen inferior) en la que, por un lado, indicaba que había proporcionado (a efectos de autorizaciones), «tanto manuales de usuarios como fotos del interior, del exterior y del montaje de pruebas». Y por otro, solicitaba un aplazamiento en la fecha para la revelación pública de esta información porque «el dispositivo no iba a poder comercializarse hasta mediados de enero».
La evidencia anterior se complementa con unas fotografías (debajo) obtenidas en un parking de California y publicadas en Twitter, que ilustran un Tesla Model 3 con camuflaje tanto delantero como trasero. Estas fotografías podrían estar relacionadas con la incorporación del nuevo radar… o incluso con un restyling tanto de la parte delantera como trasera del Model 3 (tras casi un lustro sin incorporar cambios sustanciales, esta posibilidad sería muy razonable y bienvenida). No obstante, también hay que reconocer que podrían no significar absolutamente nada.
Si juntas todos los puntos, puedes llegar a algunas conclusiones. La primera es que Tesla va a presentar un nuevo producto en la primera mitad del mes de enero, y que ese producto va a emplear un radar. Simplemente eso ya significaría un paso atrás en la política de Tesla Visión y en la ambición de Tesla de de ofrecer un sistema de Conducción Totalmente Autónoma o FSD basado exclusivamente en cámaras.
Una segunda conclusión (aunque aquí ya entramos en el terreno de las conjeturas) es que Tesla estaría reconociendo que no es capaz de ofrecer su sistema de Conducción Totalmente Autónoma sin contar con la información adicional proporcionada por un radar. Eso implicaría que el sistema de Conducción Totalmente Autónoma no podría implementarse en los coches ya vendidos mediante una simple actualización de software, sino que sería necesario realizar modificaciones de hardware. Esto sería muy mala noticia tanto para Tesla como para los clientes que hayan apostado por pagar el precio extra que supone este equipamiento.
La opinión de Autofácil…
Esta noticia «oficiosa» viene a añadir un plus de incertidumbre sobre la evolución de Tesla y de sus planes para ser el primer fabricante que ofrezca un sistema de conducción autónoma completa o de nivel 5. Como puedes ver en la imagen superior, actualmente Tesla está ofreciendo su equipamiento opcional de «Capacidad de conducción autónoma total» por 7.500 euros.
Lo cierto es que la mayor parte de compradores interpretan el ofrecimiento de este paquete opcional como la promesa, por parte de Tesla, de que irá incorporando nuevas funciones a su sistema de asistencia ala conducción de nivel 2… hasta el punto de que, algún día (uno que probablemente no llegue nunca para coches vendidos en 2022) un Tesla Model 3 podría conducir de manera 100% autónoma.
El problema de la incorporación de un radar de alta definición es que Tesla estaría reconociendo, de manera implícita, que su promesa no podría llevarse al cabo. No, al menos, con el mismo nivel de prestaciones que empleando un radar. En la publicidad de Tesla, en su página web, leemos «a medida que vayan evolucionando estas características de conducción automática, su coche se actualizará continuamente mediante actualizaciones de software inalámbricas».
Por supuesto, Tesla podría hacer un despliegue de conducción autónoma en «varias velocidades». Por ejemplo, la conducción totalmente autónoma podría llegar antes a los modelos de Tesla dotados de este nuevo radar de alta definición… pero esa no va a ser una decisión exenta de polémica. En cualquier caso, parece que la respuesta a todas estas conjeturas estará disponible a mediados del mes de enero del año que viene.
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