Audi TT Roadster: Prueba a fondo

Si hace tres meses Audi nos dejaba probar su TT Coupé y nos encantó, ahora le toca el turno a la versión Roadster de este Audi TT. ¿Nos habrá gustado tanto? Lo puedes comprobar tú mismo.


No me gustan los cabrio. Y jamás me compraría uno. Dicho esto, tengo que decir dos cosas: primero, un saludo a todos los cabrio del mundo; segundo, que los que utilizan un clásico techo de lona me parecen más puros que los que optan por techos retráctiles. Es verdad que eso puede suponer una peor insonorización y una longevidad un poco más limitada, pero yo no veo más que ventajas: es más sencillo –así que se debería averiar menos–, ocupa menos espacio y es más rápido de accionar –en este TT, se despliega en sólo 10 segundos–. Además, su estructura resulta más ligera que un techo duro –en total, el techo del TT pesa 39 kilos– y evita que haya tanto peso en una posición tan alta –a nuestra espalda–; un detalle que eleva el centro de gravedad del coche y termina por afectar negativamente al comportamiento. Y, para mí, un techo de lona queda mucho más bonito y elegante.

Audi TT Roadster: Así va

TÉCNICA: El problema de ser cabrio

Quitar el techo de un coche tiene varios problemas; el primero, que la estructura pierde mucha rigidez, de manera que hay que reforzar especialmente las zonas de donde se ha eliminado para que se note lo menos posible. Por eso, los cabrio son más pesados; en el caso del TT, entre 85 y 95 kilos más que el Coupé en función de la versión. Además, obliga a buscar otras soluciones ingeniosas, como instalar el micrófono del Bluetooth integrado en el cinturón de seguridad.

La cuestión es que me encuentro en Mallorca ajustándome el asiento de un Audi TT Roadster 2.0 TFSi S-Tronic. Ha llovido y hace viento, así que no parece el día ideal para probar un cabrio. ¿Te he dicho ya que no me gustan los cabrio? Aun así, este TT cuenta con un sistema de ventilación integrado bajo el reposacabezas que expulsa aire caliente sobre mi nuca –nada que no inventase el Mercedes SLK allá por 2004– y asientos calefactados, así que me animo a descapotarlo aprovechando que la lluvia ha decidido tomarse un descanso –por cierto, el sistemita vale 565 euros, pero obliga a elegir tapicería de cuero y asientos deportivos, así que la broma no baja de 2.745 euros…–.

Audi TT Roadster: Así va

Viajar así, envuelto en aire calentito mientras que ahí fuera debe haber unos 10 grados y un fresco vientecillo no deja de ser una sensación de lo más agradable, la verdad. Y cuando, además, tienes un motor que suena bonito y hasta suelta algún que otro petardazo a través del escape al apurar alguna marcha, me hace pensar por un momento que, algún día, cuando sólo me guste pasear, igual hasta no me importaría tener un cabrio.

El motor tiene tanta fuerza que casi parece un dispendio tener 230 CV para disfrutar del TT; con 170 CV y una respuesta tan buena, bastaría. El cambio automático DSG va tan bien como siempre, la suspensión se muestra firme y la dirección permite trazar con suavidad y precisión.

Audi TT Roadster: Así va

Todo muy bonito en este Audi TT Roadster. Pero yo no estoy aquí para pasear. Así que me detengo, cierro el techo eléctrico –se puede accionar hasta 50 km/h– y opto por la posición Dynamic –que afila la respuesta del acelerador y endurece la dirección y la suspensión adaptativa; vale 1.345 euros– para ver de qué es capaz este TT Roadster. El suelo patina bastante, así que cada vez que acelero a fondo la tracción delantera del TT tiene algún pequeño problema de motricidad que soluciona el control de tracción. Empiezo a ser más fino con el acelerador y con las trazadas y las intromisiones electrónicas comienzan a desaparecer; además, también hay una versión con tracción total por 3.050 euros más que sería una gran ayuda en unas condiciones así. La carrocería, pese a no ser tan rígida como la el Coupé, no parece retorcerse demasiado, y a alta velocidad tampoco hay muchos problemas de insonorización –la lona tiene 15 mm de grosor–. El eje delantero mete el morro en las curvas sin problemas, pero la respuesta del trasero no transmite esa precisión que sí se nota en el TT Coupé –que es 90 kilos más ligero–, y también parece tener unas reacciones un pelín más bruscas, si bien dudo que vaya a suponer problema alguno a ritmo de paseo primaveral.

Audi TT Roadster: Así va

En resumen, como cabrio el TT Roadster es un gran coche y su precio –47.290 euros– podría ser mucho más razonable si viniese más equipado. Pero no lo dudes: si quieres un Audi TT para ir deprisa, el Coupé te hará más feliz y te ahorrarás 3.500 euros.

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