Prueba Audi S4 TDI: deportividad a contracorriente

Rogelio Camargo
Rogelio Camargo

El plena era de persecución al diésel, va a Audi y lanza un S4 alimentado por gasóleo. ¿Tiene sentido o es que se han vuelto locos?


Si las sensaciones se basasen en números, el nuevo Audi S4 sería un deportivo excepcionalmente sensorial. No en vano, la cifra de par máximo que exhibe, 700 Nm, está a la altura de fueras de serie como el Ferrari 812 Superfast o el Lamborghini Aventador SVJ.

Kia ofrece un modelo electrificado para cada necesidad

Pero la realidad es bastante diferente. El S4 no es un superdeportivo, sino una berlina de corte deportivo que emplea la última tecnología –ver Tecno– para lograr buenas prestaciones y la máxima eficiencia.

Echemos la vista atrás. La verdad es que el S4 es uno de los coches que más ha mutado en su trayectoria, que comienza en 1997 –obviamos el Audi 100 S4, que poco o nada tiene que ver–. El modelo primigenio –con el código B5– equipaba el alabado motor 2.7 V6 biturbo con 265 CV, una cifra que parece ridícula si la comparamos con los 344 CV de la siguiente entrega, extraídos de un bloque 4.2 V8 atmosférico. Y, sin embargo, su cotización actual es bastante más baja que la del primero…

Audi S4 TDI

Lo cierto es que aquel V8 sonaba a música celestial e incluso se utilizó en el RS 4, pero su rendimiento no terminó de ser el idóneo. De modo que con la generación B8 desapareció en favor de un 3.0 V6 con compresor que entregaba 11 CV menos que su antecesor… pero era más rápido y, sobre todo, tenía un consumo razonable. Años más tarde, mantendría la arquitectura y cilindrada, pero un turbo reemplazaba al compresor y la potencia ascendía a 354 CV.

Con la introducción del bloque diésel 3.0 TDI V6 con compresor, turbo y sistema microhíbrido, se podría decir que el S4 es el modelo más heterogéneo de todos los tiempos. Sin entrar en la discusión de qué generación es mejor –yo tengo clara mi elección–, de lo que no hay duda es de que nunca ha sido tan eficiente –6,9 L/100 km según ciclo WLTP– y que sólo es 0,1 segundos más lento en el 0 a 100 km/h en comparación con el motor de su predecesor –que, por cierto, se seguirá ofreciendo en otros mercados fuera de Europa–.

Audi S4 TDI

Su naturaleza diésel se manifiesta desde los primeros compases. El V6 se deja notar con cierta claridad al ralentí, y una vez en movimiento también se escucha claramente en fase de aceleración. Es curioso, pero por su funcionamiento, me recuerda mucho a los primeros 1.9 TDI de 150 CV por la fuerza con la que empuja y porque lo hace en un rango pequeño de vueltas; entre unas 1.200 y 3.600 rpm, aproximadamente. No es el empuje violento de aquel cuatro cilindros, que te rompía el cuello a 2.000 rpm, pero sí es una sensación que casi tenía olvidada en un motor diésel.

Muchos alegarán que con una mecánica de este tipo, más pesada que una de gasolina, se pierde agilidad. Y no tengo duda de que en un cara a cara en circuito, el anterior S4 sería notablemente más rápido. Pero en la vida real el diésel sólo presenta ventajas: la respuesta al acelerador es prácticamente inmediata desde el ralentí –ventajas de contar con un compresor eléctrico– y los 58 litros del depósito dan muchísimo más de sí.

Audi S4 TDI

En el resto de apartados cumple con la idiosincrasia de la gama S de Audi. Al principio, la dirección parece desconectada del asfalto, aunque con el paso de los kilómetros se siente precisa y suficientemente informativa. La transmisión automática de ocho velocidades pasa bastante desapercibida; lo cierto es que no iguala la inmediatez en reducción de la S Tronic de doble embrague, pero cumple.

En general, el S4 TDI se comporta de manera muy neutra, con cierta tendencia a alargar la trazada –subvirar–, una actitud habitual en los Audi con motor delantero y tracción total Quattro. En este sentido, cabe señalar que sigue empleando el clásico sistema con diferencial central, y no el Quattro Ultra con embragues multidisco que, de momento, se reserva a las mecánicas de gasolina.

No cabe duda de que nos costará acostumbrarnos a un Audi S4 con motor diésel. Pero piensa una cosa: ahora vemos como algo normal que el BMW M3 Coupé se llame M4, de modo que creo que podremos con esto…

Audi S4: Se pone a 48 voltios

Audi S4

El S4 emplea un doble sistema de sobrealimentación, mediante un turbo y un compresor eléctrico. Este se activa a través de la red primaria de 48 voltios; se mantiene como secundario uno de 12 V.

La red primaria da lugar a un sistema de microhibridación –también conocido como Mild Hybrid–, cuyo epicentro es un alternador de 48 voltios. Este es capaz de recuperar hasta 8 kW de energía que se almacenan en una batería de iones de litio de 0,5 kWh, ubicada bajo el piso del maletero. Según Audi, este sistema permite ahorrar hasta 0,4 L/100 km de consumo.

 

Audi A4